Gialluca denunció que, la contaminación sonora en nuestra ciudad proviene de motos con escapes libres, construcciones u obras, actividades nocturnas que llevan adelante bares, pubs o discotecas y donde no se respetan los límites de decibeles señalados por las Ordenanzas vigentes, lo que está produciendo cada día que pasa mayor demanda de denuncias por parte de los vecinos-
El Defensor del Pueblo de la Provincia de Formosa, Dr. José Leonardo Gialluca, afirmó que, luego de la pandemia y con la actual normalidad con la que se vienen desarrollando prácticamente todas las actividades en nuestra provincia, nos encontramos con que varios emprendimientos en diversos y variados puntos de la ciudad y también en el interior provincial, son grandes productores de ruidos molestos y contaminación acústica. Las principales fuentes de ruidos en estos casos las encontramos en dos causas: * La primera es el no cumplimiento por parte de los propietarios o responsables de locales gastronómicos que luego de las 2:00 a.m. se convierten en boliches o siendo que los mismos no están autorizados para brindar espectáculos en vivos. * Por otro lado, la falta de infraestructura adecuada de los antes citados para llevar adelante actividades que exceden los límites de decibeles autorizados por las Ordenanzas vigentes y donde nadie o muy pocos son los que invierten en insonorizar los lugares, con lo cual, los ruidos molestos y la contaminación disminuiría ostensiblemente y no se producirían entonces las permanentes denuncias de los vecinos que deben soportar estas inconductas”. Desde el Organismo de la Constitución, venimos trabajando con el Municipio de la Ciudad, tanto con la Dirección de Habilitaciones Comerciales Walter Olmedo, el Director de Bromatología Jorge Tarantini, pues la idea es que todos estos emprendimientos, “continúen trabajando, pero dentro de la Ley”. Debemos entre todos encontrar un punto de equilibrio que permita el desarrollo de estas actividades y el respeto al derecho a la salud y al descanso que tienen los contribuyentes. Es que luego de la pandemia y para “dar una mano” a estos emprendimientos, el Municipio Capitalino, flexibilizó por varios meses una serie de controles al respecto y hoy ya con todo normalizado, empezamos a exigir las normativas con las que se cuentan y si es necesario plantearemos el dictado de nuevas Ordenanzas, “pues en Formosa no tenemos exclusivamente un sector gastronómico o de boliches bailables, sino que los mismos se encuentran dispersos en zonas exclusivamente residenciales y no solamente carecen de las infraestructuras básicas, sino que además, convierten parterres en estacionamientos, sus propios clientes diseminan botellas de bebidas alcohólicas en toda la zona y como si fuera propio, toman veredas y puertas de viviendas de vecinos como si fueran baños públicos”. Por otro lado, tenemos las consecuencias de los ruidos molestos en la salud de las personas. La constante exposición a niveles elevados de ruidos puede provocar estrés, ansiedad, problemas cardiovasculares o problemas de aprendizaje. No obstante, son muchos más las consecuencias para la salud que se producen a raíz de este tipo de contaminación, como son los siguientes:
* Insomnio: nuestra ciudad posee una importante actividad nocturna con bares, pubs o discotecas, que producen ruidos por la noche. El mismo puede producir problemas del sueño e insomnio en los vecinos.
* Problemas cardiovasculares: se ha investigado que las personas expuestas a niveles de ruido por encima de los 65 dB o de forma aguda a niveles entre 80-85 dB, pueden sufrir problemas cardíacos a largo plazo. El motivo es que el organismo responde a estos elevados niveles de ruido liberando hormonas que elevan la presión arterial, frecuencia cardíaca o vasoconstricción. Las personas mayores son las más vulnerables.
* Problemas auditivos: Las personas expuestas de forma crónica a estos niveles de ruido, tienen mayor riesgo de sufrir lesiones en el oído. Son lesiones que van destruyendo las células auditivas poco a poco y dañando la audición. Por otro lado, no solo el ser humano sufre la contaminación acústica, los animales se enfrentan a problemas incluso mayores derivados de los elevados niveles de ruido, debido a que son mucho más sensibles a ellos. Un problema añadido que tienen es que no pueden distinguir si la fuente de ruido representa un peligro o no, por lo que, por ejemplo, los animales domésticos se vuelven más agresivos con altos niveles de ruido. Además, los animales se pueden desorientar y sufrir cambios graves en su comportamiento; y si venimos pregonando y trabajando para evitar la utilización de pirotecnia sonora y nuestro camino es ir hacia una total pirotecnia lumínica que no cause daño alguno en niñas/os autistas, personas discapacitadas, adultos mayores, mascotas, lo mismo debemos lograr en relación a todos aquellos lugares que hoy no respetan las Ordenanzas vigentes y que deben saber que si una actividad produce ruidos molestos, existen medidas para mitigar los mismos y en eso juega un rol preponderante la insonorización, la cual, en estos casos es indispensable e ineludible.