El -BCRA- estableció a través de la Comunicación «A» 6964, que las entidades (bancos) del sistema financiero debían refinanciar en forma automática los saldos impagos de tarjetas de crédito que habían vencido entre el 13 y el 30 de abril, a 1 año de plazo con 3 meses de gracia, en 9 cuotas mensuales, iguales y consecutivas, a una tasa nominal anual del 43%.

Así, las cosas refinanciar teóricamente la deuda de una tarjeta de crédito en 9 meses con 3 de gracia se iba a pagar $147 cada $1000 de refinanciamiento, lo que aparecía como conveniente; pero en la práctica, en la misma refinanciación las entidades bancarias unilateralmente están cobrando intereses que llegan hasta un 70%. Así sucedió con el refinanciamiento de las tarjetas de crédito en abril. Desde la Defensoría del Pueblo, se señaló que, inexplicablemente *El Banco Central comunicó de una forma muy confusa lo que se pagaría, y la gente entró y se despreocupó. Como en general en la Argentina no se acostumbra a mirar la tasa sino la cuota, la refinanciación de $147 cada $1000 parecía conveniente. Nadie pidió ninguna aclaración sobre cuales mil ($1.000). Pero terminó siendo una bomba de tiempo y cuando llegaron los resúmenes, los deudores entraron a reclamar. Lo cierto es que la gente entró al programa pensando que sería una deuda barata tal como se la presentó, y si bien era más baja que los costos que suelen tener los bancos para el financiamiento habitual por tarjeta, para su situación financiera es muy cara. Luego sucedió que, desde abril la gente se olvidó de esa deuda, siguió consumiendo con su tarjeta (prueba de eso es que en julio creció 7% la deuda de las mismas) y las cuotas comenzaron a llegar inesperadamente, cuando la cuarentena no finalizó, los ingresos no se recuperaron, las deudas crecieron y la recesión continúa. Aquí estuvo otro error: los bancos debieron avisar ya desde junio que en agosto tendrían que pagar, dado que la postergación de esa deuda quedo en el olvidó, y las familias no se prepararon para enfrentar desde agosto los pagos del resumen por gastos de julio más los pagos cuotificados del refinanciamiento. Otro desliz fue la refinanciación automática al día de vencimiento porque no dio tiempo a los titulares de tarjetas que venían con retrasos a no elegir esa opción. Una vez que entraron, pocos salieron. Por ejemplo, por los 3 meses de gracia hubo que pagar intereses, cosa en la que el BCRA tampoco fue claro desde el inicio. Otro punto inentendible, es que, el interés sobre los 12 meses lo calculan sobre la deuda inicial total y no sobre la deuda que va quedando en la medida que se va cancelando. Hoy, si bien La Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias (SEFyC) iniciará una investigación de oficio para determinar si los bancos aplicaron correctamente el plan de financiamiento de los saldos de tarjetas de crédito; el Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca, planteó a las Autoridades del BCRA y al Ministro de Economía de Nación Martín Maximiliano Guzmán, “que se elimine el IVA a los intereses de todas las deudas refinanciadas, como así también que los bancos amorticen las cuotas calculando los intereses sobre el saldo que va quedando y no sobre la deuda inicial y además para estas deudas bajar más aún la tasa del 43%, toda vez que, “se abusó de los titulares de tarjetas de crédito no dándoles una información confiable y los bancos no pueden hoy ampararse en que la gente no leyó la -letra chica- de esta refinanciación, que en definitiva está causando gravísimos problemas económicos en miles de familias y las entidades financieras como siempre terminan beneficiándose, -con el agravante en este caso de que se encuentra el BCRA de por medio-.