Se afirmó desde la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Formosa en base a un relevamiento del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) sobre la inflación en nuestro País del mes pasado y la acumulada durante el corriente año, que la misma llegó al 7% y esto revela además que los precios fueron 51,6% más altos que hace 1 año.
El Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca denunció que el sector activo de los trabajadores y los pasivos no pueden enfrentar con sus ingresos y jubilaciones, esta descontrolada inflación que no les permite cubrir sus necesidades básicas y tal es así que por primera vez desde 1991, la variación interanual trepó por encima del 50% y como consecuencia de ello el poder adquisitivo de la gente se encuentra en su peor momento. Advirtió además el Funcionario Provincial que la situación es tan grave toda vez que el País ha sido endeudado por este Gobierno Nacional hasta el 77% de su PBI. Todo esto nos lleva a recordar que “bajar la inflación era algo fácil según el Presidente de la Nación Mauricio Macri, pero hoy se ha convertido en el peor enemigo que tienen los trabajadores, jubilados, pensionados y todos los sectores más vulnerables”. Desde el Organismo de la Constitución se denunció también que el salario mínimo en Argentina cayó un 49 por ciento en los últimos tres años y pasó de liderar el ranking regional de salario mínimo en 2015 a caer al sexto puesto. El salario mínimo medido en dólares registra durante el gobierno de Mauricio Macri una caída del 49 %. La mayor parte de ese retroceso se explica por la devaluación de 2018, que superó con creces a la evolución de los ingresos. Desde finales de 2015, el salario mínimo bajó de 580 dólares a 297 dólares, lo cual hizo que la Argentina perdiera 5 posiciones en el ranking regional, pasando de la primera a la sexta posición del salario mínimo medido en dólares. En el mismo período, el salario mínimo en dólares creció en Uruguay, Chile, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia y Brasil. Así las cosas, por la crisis el 48% de los argentinos redujo el consumo de carne y el 35%, el de leche y miles de familias vuelven a comer una sola vez al día. Recordemos que el salario mínimo, vital y móvil (SMVM) constituye el piso legal para el salario de los trabajadores en relación de dependencia. No se trata de un valor que automáticamente impacta en las remuneraciones, pero sí lo hace estableciendo un umbral más alto o más bajo para toda negociación. En noviembre de 2015, el salario mínimo estaba en $5.588 pesos, lo cual equivalía a 589 dólares con el dólar a 9,5 pesos. En ese momento, Argentina estaba en una primera posición muy holgada frente a otros países de la región, seguida por Ecuador y Chile, con salarios mínimos de 354 y 352 dólares, respectivamente. Parte de esa enorme diferencia (más de 200 dólares) con la segunda y tercera posición se explica por las fuertes tensiones cambiarias dadas por el dólar «barato» oficial a $9,50 pesos que se vendía con restricciones y el dólar «blue» a 16 pesos definido por un mercado chico. La fuerte devaluación de diciembre de 2015 y posterior estabilidad cambiaria junto a subas del SMVM redujeron el salario mínimo a 501 dólares en diciembre de 2017. En ese momento, todavía se ubicaba en el primer lugar del ranking regional, aunque la diferencia se había achicado a 75 dólares frente al salario mínimo de 425 dólares de Chile y Uruguay. Con la devaluación del año 2018, el salario mínimo en la Argentina se hundió hasta los 297 dólares, en la línea de Bolivia y lejos de los 457 dólares de Uruguay, 456 de Chile, 394 de Ecuador y 348 dólares de Paraguay; algo que se traduce en que los consumidores y los grupos familiares no puedan cubrir sus necesidades básicas alimentarias y enfrentar el pago de los tarifazos de los servicios públicos, con lo cual se tensa la caótica situación social en las franjas sociales más vulnerables y también la denominada clase media.