Desde la Defensoría del Pueblo de la Provincia, se le solicitó al Ministro de Producción Dante Sica y al Secretario de Comercio, Miguel Braun, en nombre y representación de los consumidores formoseños, a que adopten en forma inmediata, todas las acciones necesarias para que nuestro mercado argentino deje de estar dominado por un grupo de empresas con comportamientos oligopólicos, ya que esto hace que en la práctica existan uno o dos jugadores hegemónicos en sectores clave para bienes de la canasta básica familiar.

El Ombudsman Provincial, José Leonardo Gialluca denunció que todos tenemos que luchar realmente contra la inflación y por quienes provocan el aumento generalizado de precios, es decir tenemos que combatir a los formadores de precios en la Argentina. Así las góndolas de seis grandes cadenas de distribución (Carrefour, Cencosud, Coto, La Anónima, Nexus Partners, Walmart y Casino), de las cuales cuatro pertenecen a capitales extranjeros, concentran 89% de las ventas de productos alimentaros en Argentina, según cifras oficiales difundidas por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Es imposible que se les pueda dar respuesta a los ciudadanos en lo que respecta a la inflación si el Gobierno Nacional no interviene en el proceso de concentración, donde no hay competencias en sectores para nosotros claves, como el de los alimentos y otros. A nivel mundial, Argentina tiene uno de los sistemas de distribución de alimentos más concentrados, lo que perjudica por igual tanto a las familias como a los productores. De hecho, la diferencia de precios entre lo que paga el consumidor y lo que recibe el productor por los alimentos agropecuarios alcanzó en enero un valor promedio de 4,44 veces, indicó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Lo que indica una tajada muy grande para los intermediarios. Teniendo en cuenta la condición de oligopolio de la distribución de los supermercados en el territorio nacional, podemos apuntarlos certeramente como los formadores de precios. En los mercados oligopólicos, la concientización ciudadana bajo el lema “no le compre al que aumenta” tiene un efecto relativo, pues las alternativas más económicas son pocas o ni siquiera existen. Desde el Organismo de la Constitución se puso como ejemplo a sectores dominados por pocas empresas al de los lácteos puesto que en el país operan 15.000 tambos, pero Mastellone (La Serenísima) concentra el 60 por ciento de las ventas de leche fresca. Es un mercado pasible de conductas anticompetitivas y que debe ser fiscalizado por el Estado Nacional. En el mercado de los quesos la dispersión es mayor, pues las empresas líderes concentran poco más del 40 por ciento. Las subas se explican por el aumento de las exportaciones y por la excesiva remarcación que realizan los minoristas y también hay que tener en cuenta, denunciaron desde la Defensoría del Pueblo que los insumos importados han aumentado al ritmo del dólar, y por ello los costos fijos como agroquímicos, vacunas, ponen en peligro también a todas aquellas empresas o Pymes que se dedican a esta actividad, pero hoy lo que estamos pidiendo es que el Estado Nacional no permita que los alimentos tengan precios inaccesibles y que para ello intervenga con las herramientas legales existentes, en los mercados a favor de los consumidores dándole una lucha frontal a las grandes y pocas empresas formadoras de precios de los alimentos.