En el seno de la -Dirección de Derechos Humanos y en la de Niñez y Adolescencia-, de la Defensoría del Pueblo de la Provincia, se mantuvo en el día de ayer una Reunión de Trabajo que concluirá luego de la convocatoria a otros estamentos públicos y privados de la Provincia, para concretar un Catalogo o Protocolo, sobre cómo prevenir, actuar y coordinar por parte de los ciudadanos, con las fuerzas de seguridad, ya sean estas provinciales, nacionales y otros estamentos, sobre la temática que hoy se debate y que se relaciona directamente con la inseguridad, con el objetivo de evitar cualquier tipo de violencia institucional, trabajar sobre estrategias para enfrentar el miedo que por allí se viralizan a través de las redes sociales o de los medios de comunicación y que estamos seguros que no se solucionan con una mayor presión punitiva sino buscando formulas de inclusión, prevención, participación ciudadana y mediación.
El Ombudsman Provincial, Dr. José Leonardo Gialluca, considero que es oportuno que todos podamos aportar nuestra experiencia sobre los distintos casos que se han hecho públicos en nuestra provincia. Por ello afirmo que no existe solamente la inseguridad, sino que lo que se da, son diversas situaciones de vulneración de derechos que a su vez generan diferentes miedos, según el sector social desde el que se lo mire y que este tema está relacionado con los Derechos Humanos, Trata de Personas, el Estado, los medios de comunicación, la vulnerabilidad e imaginarios sociales y por ello la problemática no la debemos buscar en una causa, pues es multicausal y compleja.
En esto el Organismo de la Constitución considero que nuestra ciudad, obviamente ya no es la de hace 10 años atrás y es verdad que los vecinos se encuentran a menudo con situaciones que antes eran ajenas a nuestro medio, y hoy se han instalado desgraciadamente en todos los barrios y por esto es que debemos ser muy cuidadosos y responsables, para no -estigmatizar a los jóvenes- y que la violencia y los medios de comunicación sirvan para informar o mediar en conflictos y no como generadores de miedos.
La criminalización de los pobres, o de aquellos sectores más vulnerables, los menores, los “NINI”, el rol del Estado, la formación policial y así podemos continuar enumerando puntos de debate importantes, pero lo que si creemos debe sobresalir es definir claramente qué modelo de Sociedad queremos, sin penalistas ni criminólogos, sino poder cruzar ideas sobre si es necesario un sistema distributivo e inclusivo que no permita que se pierdan generaciones completas, con un rol esencial de la escuela, los colegios, del sector de la salud y esto debe servir para dejar de pensar la seguridad como un exclusivo problema de la policía y comenzar a repensar en la falta de trabajo, en demandas urgentes de la sociedad; pues está probado que la cantidad de policías no se relaciona con la disminución de la violencia, y para ello se deben trazar políticas públicas de cómo neutralizar la violencia en los barrios, a través, en principio, de las instituciones que ayuden a nuestros jóvenes a tener una transición de formación hacia la adultez y saber cómo utilizamos los recursos económicos que siempre son escasos y con ello formar una agenda urbana para aportar ideas ante una problemática que no es local exclusivamente, pero que si es intensa y nos debe ocupar a todos; o en su defecto identificar a los que quieren una sociedad segura para pocos y donde grupos de personas son los beneficiarios de bienes y servicios, como se da hoy en nuestro país y en el mundo donde unas 60 personas son propietarios de bienes equivalentes a la de miles de millones de seres humanos .