De un relevamiento llevado adelante por el Cuerpo de Inspectores de la Defensoría del Pueblo, en distintas carnicerías de la Ciudad, tanto las ubicadas en el microcentro como en barrios, sus propietarios o responsables señalaron en cuanto al actual precio de la carne que luego de los últimos meses del año 2015 donde se produjeron permanentes aumentos, lo que hoy podemos ofrecer a los consumidores son diferentes cortes que tienen costos que se han estabilizado, pero de ninguna manera la carne baja en lo que respecta a sus precios y los vecinos se trasladan a un mayor consumo de otros productos como lo son el cerdo y el pollo.
Desde la Defensoría del Pueblo, se resalto que son las mismas carnicerías quienes expresan, “que ellos no son formadores de precios y que el problema del valor de la carne la originan actualmente los intermediarios y también los grandes supermercados, pues ellos acaparan grandes cantidades de este producto”.
El Ombudsman Provincial, Dr. José Leonardo Gialluca, señalo que los propietarios de carnicerías están absolutamente en contra de la sugerencia realizada por el Ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, en cuanto a que se reduzca el consumo de carne sino bajan los valores de venta al público.
Es necesario aquí buscar otras alternativas afirmaron, ya que los verdaderos formadores de precios no son controlados y a las carnicerías este tipo de pronunciamientos nos perjudican gravemente. Aclararon que ellos son parte también de todo el sistema, pero no son los culpables de los precios actuales y también consideraron que no es razonable ni conveniente importar algunos cortes de carne, pues la calidad no es la misma, nosotros somos los mas interesados en que bajen los precios para poder vender mayor cantidad de carne y de esa manera poder mantener a nuestros empleados, pagar nuestros impuestos y servicios, obteniendo también un margen de ganancia para seguir con las puertas abiertas de nuestros negocios.
Destacaron también que en los últimos días, ha bajado el “precio de la hacienda en pie”, pero eso no se traslada a los costos que cobran actualmente las grandes cadenas de supermercados y autoservicios y por otra parte se debe tener en cuenta que en los últimos años ha habido una fuerte disminución del consumo interno justamente por los altos precios de la carne vacuna, y además porque los consumidores ha optado por otros productos, lo que determina que hoy las carnicerías estemos atravesando situaciones muy difíciles pues si tenemos en cuenta los montos que vendemos en la actualidad en comparación con los comercializados hace un año, son cada vez más bajos y el consumo de carne por persona en la Argentina, se ubica ya en valores de 59 kilos anualmente, cuando hace diez años el consumo “per cápita” llegaba fácilmente a los 99,8 kilos por año.