-El Ombudsman Provincial, señaló que, un gran porcentaje de las quejas de los vecinos vinculados a la contaminación acústica, tienen como fuente de origen a los boliches bailables, por lo que, venimos trabajando en la búsqueda de soluciones a través de la mediación y gestiones activas conjuntas con el Municipio de la Ciudad, para evitar las instancias judiciales, toda vez que, “cuando el sonido se transforma en ruido, genera estrés en los vecinos, alteraciones del sueño, entre otras molestias que perjudican la calidad de vida de los mismos, siendo los niños, adultos mayores, los más afectados por estas actividades”.-

Por pedido de vecinos que residen en la zona del Barrio Fontana en cercanías de la Av. Gutniski de nuestra ciudad, donde funciona desde hace tiempo un complejo bailable, quienes denuncian ruidos molestos y la inexistencia o insuficiencia de tratamientos acústicos en el lugar, se llevó a cabo una –Audiencia de Mediación– en la Sede de la Defensoría del Pueblo y de la cual participaron los mismos, el Inspector de Bromatología de la Municipalidad de la Ciudad de Formosa Sr. Walter Noriega, el propietario del complejo bailable, junto a la Defensora Adjunta Dra. Sylvina M. Portillo, el Secretario Letrado Dr. José P. García, los Asesores Legales Lourdes Delgadillo, Leonardo R. Pose y la Secretaria de Actas Ornella Barraza. De las constataciones llevadas adelante, se pudo advertir que el foco de la molestia acústica proviene de la zona del patio del complejo, ya que, dentro del recinto, los decibeles se encuentran controlados. Es por ello que, su responsable expresó que su intención es incomodar lo menos posible a los vecinos, por lo que, a partir de la primera verificación efectuada por Bromatología Municipal, dispuso cambios en relación al sonido del patio, concretamente en la dirección de los parlantes grandes, que apuntaban a la calle Echegaray y fueron direccionados hacia las paredes. Se comprometió que, a partir de este fin de semana, los mismos serán ubicados de cara a la Avenida Gutnisky, ya que se propone controlar el volumen, de modo tal que no exceda los 60 decibeles fijados por la normativa vigente. Posteriormente, los vecinos expresan que su intención no es perjudicar la actividad comercial del lugar, sino llegar a una convivencia pacífica, ya que, en la actualidad, los ruidos molestos provocan estrés y tensiones, tanto físicas como emocionales en las familias, afectando el descanso normal, sobre todo en los niños pequeños. A este respecto, la Dra. Lourdes Delgadillo agregó que, en una de las mediciones, se pudo observar que un bebé sufría “espasmos de susto como consecuencia del sonido estridente”, lo que motivó profunda preocupación. Si bien el actual propietario se negó al cerramiento del patio y de la zona de terraza por considerar que los mismos son “zonas de pulmones abiertos donde los clientes salen a fumar”, se comprometió a realizar los cambios y correcciones necesarias para no perjudicar los derechos de los reclamantes, respetando el límite de decibeles establecido, ya sea empleando recursos como cajas activas de sonido de control electrónico y/o barreras acústicas que controlen la dispersión sonora de su complejo bailable. Por lo que, las partes acuerdan continuar con las fiscalizaciones y constataciones para observar los resultados de los cambios que ha propuesto el denunciado y que se espera lleve alivio a las familias que vienen sufriendo desde hace tiempo por los ruidos molestos ocasionados por la música.