En los últimos tiempos, la Defensoría del Pueblo, viene recibiendo consultas sobre una práctica muy frecuente, aunque irregular, que consiste en que las entidades emisoras de tarjetas de créditos, bancarias, financieras o no financieras, envían las mismas, -pre aprobadas y listas para ser utilizadas- al domicilio de algunos usuarios preseleccionados sin que se la haya solicitado.

El Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca, advirtió que, en principio, si no se la usa, ni se la activa, no debería la persona hacer nada, pues sin contrato firmado ni aceptación expresa de la tarjeta de crédito que le enviaron sin su consentimiento, no se formalizó ningún vínculo. Recordemos que la Ley de Defensa del Consumidor establece en el artículo 35, que “Queda prohibida la realización de propuesta al consumidor, por cualquier tipo de medio, sobre una cosa o servicio que no haya sido requerido previamente y que genere un cargo automático en cualquier sistema de débito, que obligue al consumidor a manifestarse por la negativa para que dicho cargo no se efectivice. Si con la oferta se envió una cosa, el receptor no está obligado a conservarla ni a restituirla al remitente aunque la restitución pueda ser realizada libre de gastos”. No obstante, lo cual, a veces suele ocurrir que, luego de un año o más, la entidad emisora (o peor aún, alguna agencia extrajudicial o estudio de cobranzas) reclama o intima a pagar por los “gastos de renovación” u otras comisiones de esa tarjeta. Se trata de una práctica absolutamente ilegal y abusiva. En esos casos, se debe presentar un reclamo ante la entidad emisora, intimándola al cese de la conducta abusiva bajo apercibimiento de hacer la denuncia correspondiente ante los organismos de defensa del consumidor y/o ante el BCRA. Se puede esperar hasta veinte días para que le respondan o resuelvan el caso, además se debe denunciar el hecho en las
oficinas de la Defensoría del Pueblo, toda vez que la persona nunca solicitó ninguna tarjeta de crédito y asimismo, están además los otros casos, donde sí se pidió una tarjeta pero nunca se la enviaron y posteriormente llegan deudas por un plástico que nunca se obtuvo; en estos casos, sugerimos también tener un asesoramiento previo para poder presentar un reclamo ante la entidad emisora y rechazar las pretensiones por cobro indebido, en caso de insistencia en el cobro, desde la Defensoría del Pueblo se presentarán las denuncias penales o civiles correspondientes por incumplimiento contractual o prácticas abusivas.