Los clubes deportivos barriales son más de 20.000 en todo el país y componen una histórica red de contención social, inclusión y desarrollo fundamental en la Argentina, pero en los últimos cuatro años con políticas de ajustes arrolladoras y tarifazos de los servicios públicos impulsados desde el Gobierno Nacional, sin que a Formosa se le haya otorgado una Tarifa Regional Diferenciada, dada nuestras condiciones climáticas y al no poseer gas por red, los colocó en una situación límite, donde actualmente la mayoría en nuestra provincia, subsiste por las ayudas económicas y sociales que recibe del Gobierno Provincial y los Municipios.
El Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca, denunció que el Programa Clubes de barrio y de pueblo Ley 27.098, nunca funcionó en todo el país y menos en Formosa y todo esto porque las políticas públicas de cambiemos, siempre llegaron a los clubes grandes para ser negociados y en los clubes de barrios fueron para hacer negocios inmobiliarios. Así, fundieron a miles de clubes en cuyos terrenos luego construyeron edificios y tan solo le dejaron un salón de juego con el nombre del club. Esos clubes de barrios y de pueblo además de ser un espacio de recreación, inculcación de valores y contención, también son el semillero del deporte nacional y de la tradición olímpica argentina, ya que el 90 % de la delegación Argentina que participó en los últimos Juegos Olímpicos de la Juventud que se realizaron en Buenos Aires fue formada en las entidades barriales. Esta forma de hacer política partidaria con los clubes, también fue llevada adelante por el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, son los autores de la dispersión del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD) para montar un multimillonario negocio inmobiliario del que se beneficiarán los empresarios amigos del poder. Se dieron pasos como la venta de los terrenos pertenecientes al Tiro Federal a un grupo empresario del que es parte el titular del Comité Olímpico Argentina (COA), Gerardo Werthein, quien debería defender los intereses de los deportistas, pero pugna por el desguace de las instalaciones en que se entrenan la mayor parte de los deportistas de élite del país. Es que el desinterés y abandono al deporte es brutal y se hace evidente en el recorte presupuestario que sufrió este año la Agencia Nacional de Deportes a cargo del Ing. Diógenes de Urquiza Anchorena por $106 millones, en términos nominales (de $1097 millones a $991 millones). Ese número además pierde aún más valor si se contempla la inflación acumulada durante 2019, que se estima superará el 55%, y con ello tenemos retrasos importantes en las becas, discriminación en el pago a atletas paralímpicos, el fin de los estímulos de proyección sudamericana y si el panorama es desalentador para los deportistas de Alto Rendimiento, la situación es aún peor para los millones de niños y niñas de los barrios. Allí el dinero destinado al “Fomento de Clubes Deportivos y Sociales: Programa Nacional Clubes Argentinos” fue recortado dejándolos sin fondos a lo que le debemos sumar un contexto de criminalización a la juventud, sobre todo de los sectores vulnerables, que planteaba el Gobierno Nacional. Institucionalmente, trabajaremos y bregaremos para que los clubes de barrios junto con la familia y la escuela sean los lugares primordiales para la contención de todos. Nosotros entendemos que la educación y el deporte no son gastos, sino más bien una inversión y por ello los clubes de barrios y de pueblos poseen un roll de inclusión, económico y social que debemos defender entre todos, ya que además, aleja a los jóvenes de las drogas y de la delincuencia además de impulsar un sinfín de actividades que existen en todas las provincias y el país que mancomunadamente se entrelazan favoreciendo a todos los sectores de la comercialización de materiales deportivos, indumentarias, textil, gastronómico, transporte, construcción, calzados y otros.