Afirmaron desde la Defensoría del Pueblo que el consumo interno dentro del mercado local continúa estacionado y los consumidores concretan las compras necesarias los primeros días de cada mes como consecuencia de los pagos en tiempo y forma que lleva adelante el sector público por parte del Gobierno Provincial al que se le suma también las erogaciones del sector privado, y en este sentido no nos diferenciamos de lo que está sucediendo en la economía argentina en general que sigue sin dar señales de recuperación y esto se ve reflejado también en el uso de las tarjetas de crédito, cuya utilización ha crecido pero menos que la inflación, que se estima en un 55,8% anual.
En este sentido, el sector del comercio minorista y mayorista, es el que continúa teniendo mayor recesión y esto lo podemos observar, por la fuerte disminución en el consumo ocasionado por la caída del poder adquisitivo real luego de la crisis del 2018. Como la suba de salarios siempre estuvo por debajo de la inflación, los primeros meses de 2019, la capacidad de compra de los consumidores se ha visto muy erosionada. El Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca sostuvo que para que el consumo comience a recuperarse y con él, la actividad económica también es necesario que tengamos un verdadero plan económico que apunte a bajar la inflación. Las ventas de comercios minoristas cayeron un 7,5% interanual en julio, sumando 19 meses consecutivos en baja y ahora se observa una leve mejora como consecuencia del relanzamiento del “Ahora 12” en algunos rubros, sobre todo en sectores como los electrodomésticos, electrónicos, computación y celulares. Gialluca agregó que, el otro efecto de la crisis la podemos observar en la baja de las ventas de los combustibles, datos que surgen de la propia Secretaría de Energía de Nación desde donde se señala que la caída del 5,28% en junio, con un leve repunte en las ventas del gasoil como consecuencia de la buena actividad agrícola en las cosechas, pero esto ya ha pasado. Así, durante los primeros seis meses del año, la venta de gasoil cayó un 7,85% y las naftas premium descendieron un 24,4%, variando este porcentaje según las Jurisdicciones donde en la región del NEA, todas las provincias tuvieron fuertes caídas en la comercialización de los carburantes. Por otra parte, lo que no repunta y si se destaca una fuerte caída en la cantidad de litros de leche per cápita anual consumidos desde los 217 litros hasta 183 litros, lo que equivale a un retroceso del 15,7%, la carne cayó un 14,7% y las ventas de las PyMEs se derrumbaron un 22,6%, también disminuyó la demanda de energía eléctrica en un 3,5%, así como el consumo de cemento que retrocedió en más de un 5%. El salario mínimo cayó un 29,5% en términos reales, la jubilación mínima un 15% y la capacidad de compras de medicamentos retrocedió un 34,5%. Por último, no se puede dejar de mencionar la gran fuga de capitales existentes que en los últimos meses, se ha acelerado llegando a más del 200%, como también el riesgo país continúa incrementándose y las irregularidades en los créditos subieron un 2,8 puntos.