El Ombudsman Provincial, José Leonardo Gialluca, con respecto al establecimiento de un Servicio Cívico Voluntario para jóvenes de entre 16 y 20 años, propuesto por la Resolución 598/19 de la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bulrich, afirmó enfáticamente que considera que los niños, niñas y jóvenes del país deben concurrir a las escuelas u otros establecimientos formativos y no a la Gendarmería, para integrarse como miembros socioeconómicos positivos a la comunidad.
El funcionario se sumó a las voces en desacuerdo con la medida que se alzaron desde diversas Defensorías del Pueblo del país, como así también desde los organismos de Defensa de los Derechos Humanos (DDHH) tanto nacionales como internacionales.
El tema es propuesto a la opinión pública, remarcó Gialluca, no de manera casual. Se trata de instalar un debate para desviar la atención de temas tales como la discusión por quién va a pagar la astronómica deuda contraída con el FMI, como vamos a salir de la recesión económica en la que se halla inmerso el país, a quién vamos a votar dentro de pocos meses y qué política de desarrollo tiene el Gobierno Nacional de aquí a fin de año. Por un lado, se pretende distraer y por el otro generar toda una discusión donde se acentúan las diferencias o la tan replicada “grieta” que ni quienes la plantean saben definirla.
Es una burla a toda la sociedad argentina, continúo, el pretender armar un programa de servicio voluntario en Gendarmería en un campo de concentración como lo fue el centro clandestino de Campo de Mayo, es una aberración a las políticas de Derechos Humanos. A los niños y jóvenes se les deben ofrecer alternativas con dignidad, algo más que no implique encerrarse en un cuartel como último recurso, sino poner a su disposición escuelas, colegios, talleres de oficios, alternativas de un primer empleo, plan este que propuso el Presidente Macri en la campaña del 2015 y que parece ahora transformar en este hibrido con un voluntariado de servicio militar obligatorio con cartel de formación ciudadana. Si se quieren mejorar las condiciones de los niños y jóvenes, debe hacerse como lo han hecho países que han salido adelante con políticas públicas, crear fuentes de trabajo, elevar los salarios, combatir la inflación que según Macri es un síntoma de incapacidad para gobernar y que en su administración lleva el 55 % anual acumulado, un porcentaje que no se ve desde 2001; abordar los problemas estructurales de los sistemas de vivienda, salud y educación actualmente desfinanciados por el Gobierno Nacional. En síntesis, atacar las causas que llevan a pensar hoy a centenares de miles de jóvenes argentinos de más de 14 años que no tienen futuro en el país, cosa que no se logrará en un establecimiento y en un orden cuasi militar, sino con políticas públicas claras que contemplen soluciones de fondo a profundos problemas que padece actualmente la sociedad argentina toda.-”