Al dejar de funcionar las aplicaciones de Facebook, Instagram y WhatsApp en distintas partes del mundo, perjudicando también a usuarios de Formosa, por un periodo de tiempo sumamente extenso y constituiría la peor falla de este servicio en su historia, sin existir una respuesta desde la Compañía liderada por Mark Zuckerberg; desde la Defensoría del Pueblo, se analizó la problemática y surgieron algunas preguntas como, ¿Qué se hace si compras una camisa y te das cuenda de que está manchada?, ¿o si en el supermercado te venden un electrodoméstico que no funciona?, ¿o si compras un boleto de avión y cancelan tu vuelo y es culpa de la aerolínea? Lo normal es que los usuarios exijan que le den otra camisa, otro electrodoméstico y lo embarquen en otro vuelo.

Entonces, ¿por qué cuando Facebook, Instagram y WhatsApp fallan, normalmente no reclamamos? Desde el Organismo de la Constitución se señaló que, lo primero en analizar son las condiciones en que funcionan estas aplicaciones, y la respuesta a esa pregunta depende de varios factores, como la legislación de cada país o el tipo de reclamo, pero hay conceptos generales que nos dan pistas sobre qué tanto éxito podría tener un reclamo de esta naturaleza. Lo más importante es entender que si tenemos una cuenta en Facebook es porque aceptamos las -condiciones que la red estipula-, aunque esto no significa que se puedan hacer reclamos legales por parte de los usuarios. La regla es que los términos y condiciones no pueden ser discutidos por el usuario, pero esto no es algo que está «escrito sobre piedra», pues si un juez considera esos términos ilegales o abusivos, podría disponer otra cosa. Seguramente el usuario no lo leyó nunca, pero al momento de crear su cuenta, aceptó una cláusula de Facebook que dice: «Nuestros productos se proporcionan tal como están y no podemos garantizar que siempre serán seguros, nunca tendrán errores o funcionarán sin interrupciones, demoras o imperfecciones». También dicen que «bajo ninguna circunstancia» serán responsables por la pérdida de ingresos, información ni otro tipo de daños. En Argentina, nuestra legislación y nuestros jueces tienen una efectividad casi nula ante estos gigantes de internet y para el caso en que una empresa o un negocio pague dinero a Facebook o a Instagram por publicidad, quizás sí se tendrían mas opciones y justificativos para pedir una compensación, pero tendríamos que probar que tipo de daños nos produjo las fallas de estas redes sociales. El Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca señaló que para el caso de los “usuarios naturales” es muy complicado pedir una compensación, salvo que el mismo demuestre que tuvo una pérdida de información valiosa o algo importante de su vida personal o profesional debido a la falla. Es decir que, la imposibilidad de comunicarnos con un familiar por whatsapp o no poder recibir mensajes con imágenes o audios que compran productos a través de Instagram, posiblemente no existan argumentos suficientes para generar una indemnización. Otro punto es la gran pregunta ¿por qué un usuario común y corriente, que no le paga nada a Facebook, podría creerse con derecho a reclamar cuando la plataforma no funciona bien? La respuesta es hasta ahora incierta, pues si bien no pagamos con dinero, la plataforma si lucra con los datos que le damos cada vez que la usamos, y es aquí donde existe un “vacío legal” para que los usuarios puedan reclamar una compensación, de la misma manera que lo haríamos si uno se intoxica con una comida de un restaurant. Quizás en el futuro esto se modifique, pero actualmente situación muy diferente y distinta es cuando estas aplicaciones dejan de funcionar y los usuarios venían pagando distintas sumas de dinero a las mismas, y es en este punto donde sí procedería un reclamo para obtener una compensación.