Con motivo de la realización en el día de la fecha de la “II Jornadas de Historia Argentina y Latino americana, 150 años de la Guerra Guasú”, organizada por el Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades y la Coordinación de Bienestar Estudiantil de la misma; el Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca, considero como de gran importancia este evento y señalo que se hace necesario “correr el velo de esta fatídica conflagración, revelando y contando la verdadera historia y como sucedieron los acontecimientos, para así determinar y deslindar responsabilidades que hasta la fecha se imputan engañosamente”.

Expreso que; nadie olvidara jamás la gran guerra de la Triple Alianza, la masacre de todo un Pueblo , el exterminio de su población , la valentía, la sangre argentina derramada y el dolor de las cautivas correntinas, la prepotencia del imperio brasilero y su liderazgo, la participación de los uruguayos, la cara y contracara de los intereses subyacentes y de los objetivos jamás revelados, “pero pocos sabrán quien fue el mayor responsable , quien yace en el Panteón de los Héroes y a quien como emulando a Napoleón, hay que inclinar la cabeza para observar su urna”.

Advertido de lo que sería su ruina y la de su pueblo, su intimo amigo Idelfonso Bermejo, quiso alertarlo y prevenirlo de la tragedia que se aproximaba, pero la negativa a su pedido de mano frustrada a la hija del Emperador, encendió su debilidad y provocó la derrota más degradante de su Pueblo y la terrible vuelta a casa de los vencedores.

Si un merito hay que reconocer al Mariscal López, es el de haber muerto en el campo de batalla; muerto parece nacer el olvido de sus desaciertos, no solo destruyo moral y materialmente a su pueblo, sino que en su desatino se olvido hasta de su propia sangre, a quien en su desvarió los creyó cómplices de los enemigos y los fue ejecutando.

Por ello, la historia nos permite una mirada crítica y a ella debemos atender, para evitar caer en ser meros replicadores de la mentira instalada del visionario   Mariscal Francisco Solano López a quien sus verdugos quisieron destruir; los Argentinos no podemos olvidar quien ataco la Provincia de Corrientes, so pretexto de que Mitre le impedía el paso; quien fue el que declaro la guerra a sus otrora enemigos, quien obligo a los niños a empuñar armas en los campos de batalla, quien inmolo a su propio hijo -Panchito López- y quien escondió para siempre el dinero de las arcas llenas que, su padre Carlos Antonio López se encargo de atestar .

Debemos hoy saber quiénes son héroes y quienes no. No son héroes lo que someten a sus pueblos y los llevan a una guerra fratricida, No son héroes quienes no fueron ejemplo de nobleza y de buenas acciones para sus sociedades, No son héroes quienes con sus ambiciones personales no le permitían pensar en la grandeza de su Pueblo. Héroes son los que luchan por nobles ideales, Héroes son los que como Don José de San Martin se retiran al ostracismo después de asegurase la libertad de su Patria y de pueblos hermanos, héroes son lo que han pensado en una gran patria latinoamericana resguardando la identidad de cada pueblo.

La historia nos enseña que nunca más debemos reivindicar a los tiranos y que el ejemplo para las generaciones venideras, no deben ser los líderes mesiánicos que provocaron tanto dolor a Latinoamérica en particular y a la humanidad en general, sino a los lideres que han contribuido a la grandeza de sus naciones y de las naciones hermanas; para consolidar definitivamente “una Latinoamérica unida, democrática, inclusiva y con desarrollo sustentable en la cual los derechos humanos de todos sean respetados para siempre”.