Por la crisis creada por el Gobierno Nacional de Macri, entre otras cosas, cada vez son más las personas que no pueden cubrir el pago total de sus tarjetas créditos, terminan por abonar el mínimo y así no cortan el círculo vicioso de intereses que los bancos desean, pero que hunden a los trabajadores tanto públicos como privados.
Ante la dificultad de llegar a fin de mes, muchos de quienes están bancarizados optan por financiarse con trajetas de credito, pero la estrategia puede ser perjudicial para la economía personal y familiar. En momentos de crisis, resulta más tentador pagar el mínimo mensualmente. Se trata siempre de montos más fáciles de cubrir y al hacerlo, el banco deja que sigas usando el plástico para atractivos descuentos y para las facilidades de pago en cuotas. Sin embargo, se trata de un arma de doble filo: pagar el mínimo cuesta muy caro por las altas tasas de interés que hoy existen. Si bien el pago mínimo no es fijo, por lo general representa alrededor del 5% del saldo de deuda y la totalidad de todos los gastos no financiables (como los costos administrativos o cuotas, comisiones, impuestos y las cuotas de las compras). Los intereses a pagar hoy superan el 100%. El Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca sugirió a todos los tenedores de tarjetas de créditos a que traten por todos los medios de no pagar el mínimo ya que nunca conviene porque en la práctica es como pedir un préstamo sin garantía al banco o al emisor del plástico». Desde el Organismo de la Constitución se informó acerca de ¿Cómo se calcula la tasa de interés del pago mínimo? La tasa se llama costo financiero total. Esta se calcula con «un sistema de amortización directo» compuesto por una tasa de interés de referencia más una prima de riesgo. En este caso, se toma la tasa de interés de referencia de las Lebacs, que está en un 60%, y la prima de riesgo tiene que ver con la situación del mercado y la alta morosidad. Entonces, si se abona el pago mínimo cada 30 días, la deuda original no se reducirá porque está compuesto en mayor parte por intereses, comisiones e impuestos. Es sólo un buen negocio para el banco ya que definen el pago mínimo para cubrir los intereses y no la deuda en cuestión. Si uno usa la tarjeta de crédito como si fuese una extensión de su sueldo, realizando el pago mínimo y financiándose mes a mes, está pidiendo préstamos sin garantía. Las tasas pueden más que duplicar el costo de la mercadería o el servicio que se haya comprado, concluyó Gialluca.