Tanto las entidades privadas como las públicas comparten el mismo problema, que afecta a todos los clientes por igual, aunque los adultos mayores son los más perjudicados.
Escasez de personal, falta de inversión y de tecnología, las principales causantes, esto es lo que viene sucediendo en nuestro medio, con los bancos, con el Correo Argentino, con las empresas de tarjetas de créditos, con las empresas de cobranzas, en supermercados, “donde el derecho a un trato equitativo y digno para los usuarios de bienes y servicios que esta contemplado en el Art. 42 de la Constitución Nacional y por la Ley de Defensa del Consumidor entre otras no vienen siendo aplicados”
Es todo un clásico: cada vez que tienen que hacer un trámite bancario, los usuarios se resignan a invertir varias horas de su día para esperar a que la fila avance. En nuestra ciudad, las demoras no distinguen entre bancos públicos y privados y, aunque haya crecido el desarrollo de las bancas online, se mantienen constantes en el tiempo y cada vez son mayores las esperas que sufren principalmente los adultos mayores. La propia Defensoria del Pueblo, “llego a constatar el ultimo día viernes cuando hubo mucha gente pujando para entrar en los bancos, que hasta la seguridad privada de algunos de ellos tratan irrespetuosamente a mujeres embarazadas o con niños en brazos cuando se supone que este personal debería estar preparado para estas situaciones, lo que será exigido a cada entidad bancaria, ya que no cualquiera por mas que forme parte de una empresa de seguridad, puede actuar como lo hacen”
Por otro lado, el factor costumbre también alimenta las filas estancadas; si bien la concreción de trámites por cajeros automáticos descomprimiría el caudal de personas que se acercan a la sucursal, todavía la mayoría de los clientes prefieren la atención personalizada. “A mucha gente le resulta muy difícil valerse de las nuevas tecnologías y, por otro lado, están quienes sienten más seguridad si una persona le entrega un ticket sellado y la totalidad de su dinero”.
Los jubilados y pensionados se encuentran entre los principales perjudicados por las demoras en la atención de los bancos. “Van hasta la noche anterior, antes de que abran los mismos y, una vez que ingresan, suelen demorar otras valiosas horas para que los atiendan”. Si bien los adultos mayores pueden cobrar por cajero automático, muchos no están familiarizados con estas terminales de autoservicio. Además, los cajeros no son suficientes, suelen estar fuera de servicio o carecer de dinero. Los jubilados y pensionados se sienten inseguros si esperan en la calle, por eso prefieren la atención personalizada.
Institucionalmente, la Defensoria del Pueblo, se encuentra tramitando los apercibimientos conminatorios que la justicia de la provincia ha impuesto a las entidades bancarias, por no cumplir en tiempo y forma con las ordenes de los jueces y nosotros, vamos a insistir con el tema, pero es importante que la gente se queje, que reclame, porque si se adapta a estos abusos, los bancos no van a modificar sus malas costumbres, y tampoco realizaran mayores y mejores inversiones, con salones climatizados, mayor números de cajeros automáticos y atenciones personalizadas hacia los adultos mayores, mujeres embarazadas, discapacitados, contratando más números de personal e incluyendo a todas las localidades y ciudades de nuestro interior provincial, de manera que las principales entidades financieras se pongan a tono con el número creciente de clientes que poseen y donde nadie es atendido gratuitamente, por lo que esperamos contar con el acompañamiento de todas ellas; ya que no es una solución que se apruebe una ley de tiempo de esperas que luego en la practica no funciona, como sucede en otros lugares y como se dio en el año 2010, luego de que Carolina Píparo perdiera a su bebé tras ser baleada en una salidera, y se sancionara la Ley de Seguridad Bancaria (Nº 26.637); la misma que determino que los bancos debían disponer de inhibidores de señal de celular, fijaba pautas para la construcción de cajas de seguridad menos vulnerables y ordenaba la colocación de mamparas en la línea de cajas. Era una ley necesaria, pero llegó tarde. De todo lo que dispone la ley, algunas entidades solo acataron la colocación de mamparas, todavía hay clientes que usan el celular dentro de los bancos y otros que no cumplen absolutamente con nada de lo que esta norma establece.