Luego de una década de retroceso, la producción de carne vacuna en la Argentina cerró el año pasado con todos sus indicadores en alza y de esta manera se confirmó la recuperación del sector, principalmente en lo que respecta a las exportaciones argentinas por mas de 300 mil toneladas; y si bien el consumo interno a fines del 2017 también tuvo una mejora en lo que hace a índices por habitante; un relevamiento llevado adelante desde la Defensoria del Pueblo arrojo en nuestra ciudad capital que el consumo de carnes rojas en lo que va del presente año viene sufriendo una importante disminución, lo que fue únicamente salvado durante las fiestas de fin de año.


Desde el Organismo de la Constitución , y luego de un recorrido sobre 10 carnicerías de distintos barrios de nuestro medio, sus propietarios o responsables coincidieron “en que en estos días la gente pide y compra carne roja no por kilos sino por importes, esto es por $50, $100 y así sucesivamente”, siendo lo más solicitado la molida.
En relación al precio de los distintos cortes se ha podido determinar que todos ellos han sufrido aumentos que van entre los $10 y $15 de más en relación al año 2017, y esta seria una de las consecuencias de la disminución en las compras que llevan a cabo los vecinos y que por el precio significativo que posee la carne vacuna, la misma es sustituida por otros alimentos. Asimismo, se coincidió que también es seguro que las carnes rojas sufrirán incrementos no bien se pongan en practica los aumentos ya anunciados de los combustibles, a pesar del esfuerzo que llevan a cabo todas las carnicerías para poder mantener el precio de los diferentes cortes y así vender un mayor volumen de sus productos, pero en esto se encuentran con el obstáculo de que reciben facturas de servicios energéticos con más aumentos y también incide, señalaron todo lo que se relaciona con los sueldos de los dependientes y otros costos fijos como los impositivos que cada día son más elevados.