Desde la Defensoría del Pueblo y luego de detectarse, una serie de promociones y descuentos en los híper y supermercados que tratan de atraer a los consumidores con “publicidades engañosas o artimañas expresando siempre la obtención de importantes descuentos a favor de los consumidores, los cuales en la realidad no existen y todo ello se debe a diferentes causas pero la principal es la distorsión enorme de precios que se da en nuestro país entre lo que reciben los productores de los alimentos básicos y los valores que pagamos los consumidores en las góndolas; es que Institucionalmente se pidió la intervención urgente de la Secretaria de Comercio a cargo de Miguel Braun, quien depende del Ministerio de la Producción de Nación y también al actual Ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile quien criticó la política comercial de los supermercados argentinos por tener “márgenes excesivos de ganancias y pidió una nueva devaluación”; a fin de que se impulsen y se pongan en práctica las acciones necesarias y la presencia del Estado en la cadena de comercialización, eliminando a los intermediarios e implementando políticas económicas públicas que determinen que los productos esenciales, “tengan precios justos, razonables y justificados, no como actualmente donde los sobreprecios que se pagan siempre están a cargo de los consumidores”.
El Ombudsman Provincial, José Leonardo Gialluca denunció que de cada $100 que pagamos en los supermercados, únicamente $40 corresponde al costo de compra de la mercadería por parte del comercio, mientras que el Estado Nacional en la forma de impuestos, los salarios de los trabajadores de cada comercio y la logística se llevan el 60% restante.
Por ello advertimos a los consumidores que no es lógico que algunos días de la semana se vendan productos con un 20% de precios más baratos o con promociones que ofrecen hasta un 60% o 80% de descuento en la segunda unidad, todo lo cual, “indica que el costo de adquisición de las mercaderías por quienes las comercializan es mucho más barato que lo que figuran en góndolas”.
Esta es obviamente una parte de la realidad, que no constituye la principal, pues de lo contrario cada vez habría más supermercados, lo que nos está mostrando la realidad actualmente es que los bienes y los servicios en su formación de precios no tienen el valor que deben realmente tener y aquí influye muy fuertemente todo lo relativo a impuestos al costo de los tarifazos de energía eléctrica, a los alquileres, a los sueldos de los empleados, todo los cuales son trasladados al valor de la adquisición de las mercaderías, y es por esto que estamos pidiéndole a las autoridades nacionales competentes que transparenten las cadenas de comercialización y eliminen impuestos como el IVA a productos de consumo masivo, pues está en juego un derecho humano fundamental, que es el de la accesibilidad a los alimentos.