Las consultas e interrogantes más reiteradas que se vienen dando en los últimos meses a través de los correos electrónicos de la Defensoría del Pueblo por parte de los consumidores, se centra en conocer si es verdad que en las promociones y diversas ofertas que realizan los grandes súper e hipermercados, contienen un real beneficio, o si las mismas constituyen una especie de publicidad engañosa para atraer mayor número de clientes.
El Ombudsman Provincial, José Leonardo Gialluca, manifestó que estos sectores son clásicos intermediarios entre la producción nacional (no provincial – local), los importadores y el consumidor final, operando siempre con importantes márgenes de ganancia, y que a través de las promociones y descuentos especiales, disfrazan reales aumentos de precios, para obtener elevados márgenes en sus rentas.
Está demostrado que los precios en las góndolas están altamente impactados (casi en un 80%) por los costos de insumos, producción, fletes, salarios e impuestos (que los súper trasladan y pagamos los consumidores finales), lo que sumado obviamente a los importantes márgenes de ganancias que poseen estos centros de venta, principalmente en el sector de los alimentos y más con sus -productos propios- tanto en los rubros alimenticios y de limpieza, implica que los consumidores no deben dejarse llevar por estas alternativas de ofertas y se sugiere que para protegerse de la inflación y en momentos en que es muy fuerte el deterioro del poder adquisitivo, por el que atravesamos; se debe ser muy cautelosos al momento de concretar las compras en esos lugares.
Es por ello que ante este panorama actual de promociones y ofertas “marketineras”, sugerimos a los consumidores visitar a los “negocios mayoristas” y en donde sí se puede llegar a alcanzar un ahorro de hasta un 30% sin tener que resignar marcas ni optar por otras que no son de muy buena calidad.
Es que el sentido común indica, “que la oferta por si misma ya es engañosa cuando se establece que la segunda unidad tiene un descuento hasta del 50% o comprando tres se pagarían dos productos o para aquellos clientes que abonan con las tarjetas de un determinado banco o del mismo hipermercado, se da la promesa incierta de que los precios son más económicos sin importar el día de compra, o la marca elegida y es aquí donde rescatamos la necesidad de que en todos los casos ante estos “hiperprecios” no nos dejemos llevar por los mismos y tengamos en cuenta que no todos son siempre precios reales y que nadie en el comercio “regala o sortea absolutamente nada a favor del ultimo actor de la cadena de comercialización que representamos la universalidad de consumidores”.