Denuncio la Defensoría del Pueblo que las consecuencias de la fortísima devaluación, de la inflación y de los tarifazos en los servicios públicos se notan en Formosa y en todo el país. Solamente los sectores adinerados y los medios de comunicación (formadores de opinión) desconocen o no quieren ver la realidad. Las promesas electoralistas y de las primeras semanas de gobierno ahora se trasladaron al año 2017. Se pensaba en una inflación anual del 25%, pero de enero a junio (6 meses) ya se está en un 40%, siendo optimistas; y si bien seguramente se desacelerará, ello se debe a que los formadores de precios, las grandes cadenas comercializadoras y las multinacionales han visto caer sus ventas en forma vertiginosa, y no pueden aplicar más aumentos.
Desde todos lados se crean estrategias para incentivar a los consumidores. Pero el tema es que no existe dinero en los bolsillos. Se acumulan 6 meses consecutivos de retracción, todos los hogares han recortado sus compras del hogar. El poder adquisitivo es muy menor, comparado con mayo / junio de 2015. Los consumidores cambian sus hábitos de compras y dejan de lado las marcas de primer nivel, vendiéndose más las 2º y 3º marcas. Se asiste a una combinación de factores que preocupan sobremanera. Por un lado la caída de ventas; por otro el excesivo aumento de costos; y por otro: la falta de futuro. Por lo cual, ante lo imprevisible, las empresas más pequeñas (en todos los ámbitos y rubros), ya trabajan a pérdida y comienzan a achicarse, sin saber hasta dónde.
En medio de esta situación, muchos comercios apelan a ofertas, y promociones. Antes se recurría a esta estrategia -que atraía más visitas-, y el consumidor (además de comprar la oferta), aprovechaba y se llevaba otros productos. Pero ello no ocurre actualmente, se compra exclusivamente lo que está en oferta. La situación es tan grave que se suman más y más días con promociones, que se extienden en el tiempo. Eso no es una muestra de más ventas, sino de todo lo contrario: las empresas no logran los resultados esperados. El poder adquisitivo está muy deteriorado y solo se compra lo que se necesita. Nadie compra de más, ni mucho menos hace stock de nada. Es por ello que se ofrecen descuentos por unidad (no por cantidad). El comprador recorre más, busca promociones y elige marcas de menor valor. Adquiere productos en envases o formatos más económicos (de menor cantidad). En el rubro de electrodomésticos, las cadenas más poderosas apelan a compañas de ofertas durante los fines de semana con descuentos de hasta el 50% y hasta en 18 cuotas sin interés. Un dato para entender lo que pasa, es que en el ‘país de la carne’, sigue cayendo el consumo de carne vacuna. Han crecido dentro de dicho rubro las ventas de cortes más económicos (como de carnes porcina y de pollo).
En este contexto, el Ombudsman Provincial también denuncio que los productos de la Canasta Alimentaria han aumentado nuevamente de precio por las subas de tarifas y también debido a condiciones climáticas, entretanto la reducción de la inflación no tiene ninguna política pública o plan de gobierno y la evolución de los precios es tan vertiginosa que deja parado a los salarios y por ello los consumidores demandamos en forma urgente que exista una lucha contra los intermediarios, los formadores de precios y que se transparente la cadena de comercialización ya que señalamos que del productor al consumidor los precios se multiplican hasta en un 500% o más.