Actualmente dos kilos de acelga o de perejil alcanzan 300kw que es lo máximo que subsidiara Nación, a los usuarios del Norte Argentino ($100 por hogar), sin contemplar lo que deben enfrentar en la Tarifa Social, las distribuidoras provinciales-
El Ministro de Energía, en el día de ayer afirmó en el Senado que en estos meses “no hubo aumento de las naftas”. Un mal chiste para los millones que sufren el mazazo de los tarifazos impuestos por el ministro-empresario.
Como no podía ser de otra manera, Aranguren justificó los aumentos. Los mismos que tuvieron que limitar después del tarifazo inicial ante la presión de los gobernadores de la Patagonia y el masivo rechazo a escala social. Su excusa fue que “estamos aprendiendo sobre la marcha”.
El ministro defendió las subas y señaló que “el objetivo no es reducir el déficit fiscal, sino que haya más energía». Según él, hubo una “caída en la calidad del servicio por no reconocer los costos”.
Aranguren también celebró ayer el lanzamiento de la “tarifa social”, subsidiada, para una minoría de la población y afirmó que hay una “política activa para poder proteger a aquellos sectores que están en una situación delicada y que merecen una tarifa especial”.
El Ombudsman Provincial, señalo que lo que omite el ministro es que la tarifa social sólo incluye a un pequeño sector, y deja afuera a una gran mayoría de trabajadores que tiene ingresos menores a $ 8.000 donde el impacto de las tarifas también fue muy alto.
El ministro justificó el precio de las naftas, que tuvo cuatro aumentos desde que asumió Macri, hasta totalizar un incremento del 30 %. Como si fuese un chiste de mal gusto, afirmó que “no hay subas en las naftas; hay un reconocimiento del costo de la materia prima que mantiene el nivel de actividad”. Desde la Defensoría del Pueblo afirmaron que el Gobierno Nacional, lejos de castigar a las empresas por la escasa inversión, las viene premiando permitiendo que suban las tarifas y haciendo que las medidas de ajustes pasen exclusivamente por los sectores más vulnerables.
Pareciera que Aranguren tiene su propio método para calcular el costo de la materia prima porque mientras el barril de petróleo caía a nivel mundial, en Argentina las naftas aumentaban. El ministro debería haber agregado a su explicación que el costo lo estimó para favorecer el bolsillo de las petroleras, que recibieron el barril subsidiado cuando el precio mundial se deprimía.
Como si esto fuera poco, el ministro fue criticado también por la compra directa de gas a Chile que resulta un 53 % más costoso que el GNL que llega por barcos y un 128 % más caro que comprarlo a Bolivia. Pero, oh sorpresa, la proveedora de gas de Chile es British Gas que pertenece “casualmente” a la petrolera Shell. Un negocio redondo para todos los accionistas, incluido Aranguren; a quien la Oficina Anticorrupción a cargo de Laura Alonso le hará una “recomendación preventiva”, esto es, le dará consejos amigables, en materia donde la transparencia debería ser absoluta, para disminuir los costos a favor de los usuarios y consumidores.