Desde la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Formosa y en atención a que se han profundizado y ampliado los reclamos de los afiliados al PAMI, ya que denuncian no poder obtener en las farmacias los medicamentos que le son recetados y necesitan; se practicaron una serie de gestiones que arrojaron como conclusión que la situación antes descripta es producto de un grave conflicto existente entre las farmacias y el PAMI, que obviamente tiene su correlato en la provincia de Formosa.
El Ombudsman Provincial, Dr. José Leonardo Gialluca, expreso que la deuda que tiene Pami con las farmacias es alarmante y eso genera problemas para seguir adquiriendo medicamentos para los afiliados a esa obra social nacional. Las farmacias no pueden afrontar los costos que imponen los laboratorios, se afecta la cadena de pagos y el conflicto lo pagan los pacientes afiliados al Pami.
También se insistió en que los médicos deben prescribir la medicación como lo indica la Ley de Genéricos, principio activo, dosis y duración del tratamiento. De ese modo, no le genera al paciente estar entre la espada y la pared, porque muchas veces las marcas que piden los médicos no están y hay otras que tienen los mismos componentes.
Desde el Organismo de la Constitución se señalo que el sector farmacéutico está muy preocupado, como pocas veces, por la falta de respuesta del Pami a la deuda que mantiene con las mismas, sus responsables o titulares afirman que hemos tenido crisis similares, pero como esta no recordamos antecedentes.
“Creemos que el convenio debe modificarse. La estructura ya no da para más y está demostrado con los resultados que ha logrado. Por eso, distintos sectores de los farmacéuticos estamos pidiendo que se revea la situación para que se pueda solucionar con un Convenio Nuevo, claro y conveniente para todos, fundamentalmente para el afiliado a la obra social”.
Pami les paga a los farmacéuticos con notas de crédito. El atraso de las notas de crédito hace que las farmacias deban usar su dinero para surtirse de medicamentos cada día. No todas pueden afrontar este circuito. Los pacientes jubilados empiezan a migrar porque sus farmacias habituales tienen cortados sus créditos de compras de medicamentos y las medianas o pequeñas farmacias no tienen cómo afrontar la situación.
Los farmacéuticos también afrontan otro problema. Desde principios de noviembre, las droguerías dejaron de hacer las entregas de remedios durante los fines de semana y feriados y ello repercute en el normal abastecimiento de medicamentos, no obstante lo cual “la solidaridad y esfuerzo de ciertos farmacéuticos hacen que nuestras abuelas y abuelos puedan acceder a sus medicamentos, pero es más que evidente que debe existir en forma urgente una solución de fondo para evitar que la salud de nuestros jubilados se ponga en riesgo”.