En el día de la fecha y conmemorándose el “Día de la Madre”, desde la Defensoría del Pueblo de la Provincia y la Oficina de la Defensoría del Pueblo de Nación, se envía a todas las mujeres que han logrado ser madres y encargarse inclaudicablemente de la crianza de sus hijos, con sacrificio, dedicación y fundamentalmente mucho amor; el mas sincero homenaje y que todos brindemos nuestro cariño, comprensión y acompañamiento a quienes nos honraron con la vida. Es así que en el día de ayer, participamos Institucionalmente de un sencillo Acto compartiendo la tarde con las madres privadas de libertad en la Alcaldía de Mujeres, donde se vivieron emotivos momentos. Se señalo también que mientras algunos atribuyen la celebración del Día de la Madre a una estrategia mercadotécnica y comercial, la realidad es que su origen tuvo un sentido muy diferente.

Las celebraciones por el día de la madre se iniciaron en la Grecia antigua, en las festividades en honor a Rhea, la madre de Jupiter, Neptuno y Plutón.
El origen del actual Día de la Madre se remonta al siglo XVII, en Inglaterra. En ese tiempo, debido a la pobreza, una forma de trabajar era emplearse en las grandes casas o palacios, donde también se daba techo y comida.

Un domingo del año, denominado «Domingo de la Madre», a los siervos y empleados se les daba el día libre para que fueran a visitar a sus madres, y se les permitía hornear un pastel (conocido como «tarta de madres») para llevarlo como regalo.

Honrar la maternidad también fue característica de las culturas que poblaron Mesoamérica antes de la Conquista. Una de ellas, la azteca, rendía culto a la madre de su dios Huitzilopochtli, la diosa Coyolxauhqui o Maztli, que según era representada por la luna.

La mitología cuenta que durante la creación del mundo fue muerta a manos de las estrellas, que celosas, le quitaron la vida para que no diera a luz a su hijo Huitzilopochtli, quien representaba al sol, sin embargo, éste sí pudo nacer, venciendo a las tinieblas.

Los indígenas rendían especial tributo a esta diosa y dedicaron a ella hermosas esculturas en oro y plata, que no sólo revelan profundo sentido artístico sino la importancia tan grande que ellos concedían a la maternidad.