Desde la Defensoría del Pueblo, se viene fiscalizando con atención, las nuevas modalidades de pago, de los consumidores en estos últimos meses, en los que ha aumentado en gran escala, la utilización de diferentes tarjetas de créditos, estimándose que son miles los ciudadanos que en un año aproximadamente, acumulan una deuda promedio de lo que compran con plásticos, de un monto de unos $6.712.

El Titular del Organismo de la Constitución, señalo que el dato no es menor, pues esto significa un aumento aproximadamente del 50% respecto al año 2014, ya que el monto adeudado promedio de los consumidores con sus tarjetas de crédito durante el año pasado fue de unos $3.480.

Es que para todas las familias el “tarjeteo” se ha vuelto tentador; y lo vienen usando a niveles no observados anteriormente. Pero ello tiene una contracara: vivir arrastrando una deuda más grande y pesada. Los rubros más adquiridos con los plásticos son ropa, electrodomésticos, supermercados y pagos de servicios entre otros.

Detrás del auge del “tarjeteo” confluyen varias causas; es que  la gente proyecta o se informa por los medios de comunicación todos los días, que se podría producir una mayor inflación y devaluación después de las elecciones, y proyecta la situación de endeudarse ahora como una “buena idea”.

El Ombudsman Provincial señalo que, la tarjeta de crédito tiene como posibilidad de pago el 100% del resumen mensualmente o sino lo que la propia tarjeta establece como “pago mínimo”. Pero si uno elige esta última opción, se dispara la financiación por el saldo deudor y aquí es donde comienzan a correr intereses sumamente altos, y es cuando parte de los ingresos destinados a cubrir estas deudas no son lo suficiente y se ingresa entonces, en un círculo vicioso sumamente peligroso, a lo que se le suma que algunos consumidores, creen solucionar esta situación, tomando algún nuevo crédito en financieras o en bancos , lo que les genera otro gran inconveniente, pues por un lado no saldan el total de la deuda de tarjetas y además se les origina otro lugar desde donde le demandaran mensualmente el pago de una suma de dinero, con intereses también abusivos; y con estas usuras los costos totales de financiación en nuestro medio están por encima del 100% anual. Por ello sugerimos a los consumidores a pesar de que las entidades financieras y bancarias son reacias a otorgar información fidedigna para que orientemos a los ciudadanos a no endeudarse con estos instrumentos de compra ya que observamos que para el 20 de cada mes, todos los supermercados de grandes superficies nos han ilustrado que se da un aumento exponencial del uso de tarjetas de créditos para compras, pues los usuarios no poseen efectivo y es aquí donde debe primar nuestra responsabilidad como consumidores, de modo tal que no nos queden importantes deudas, en las tarjetas de créditos, ya que a nadie le conviene esta situación y menos aun “pagar solamente el mínimo o dejar que la entidad bancaria lo descuente de los haberes que se perciben”.