El Defensor del Pueblo de la Provincia de Formosa Dr. José Leonardo Gialluca, afirmó que la postura del Senador Francisco Paoltroni: en calificar como excelente el poder modificar la Ley de Educación, para penar supuestamente el adoctrinamiento escolar, demuestra su falta de conocimiento y ligereza para abordar temáticas, que forman ciudadanos libres, participativos, responsables e informados, capaces de ejercer y defender sus derechos, activamente en la vida social, económica y política”. El funcionario provincial señaló que transcurren 41 años de gobiernos democráticos, y que en una sociedad donde la democracia está arraigada, la idea de que pueda existir “adoctrinamiento” aparece como una afirmación infundada. Los cambios de gobiernos de una ideología a otra, es una muestra cabal que lo que existe no es un denominado “adoctrinamiento” de un sector u otro sino una vocación de lucha que no puede ser válidamente negada a ningún ciudadano. Asimismo agregó; festejamos la no neutralidad a tener una idea, a sostenerla, a defenderla. En las sociedades occidentales que son parte del mundo globalizado e informado, pretender influir o mantener esa influencia por mucho tiempo parece una misión imposible. Recordó que nuestras escuelas no solamente alfabetizan, también enseñan historia entre otras materias curriculares y ésta, contada por diversos autores a los que se accede fácilmente, despierta las mentes de los niños y los introduce en la diversidad de enfoques y perspectivas. El análisis crítico y la capacidad reflexiva que siguen en años superiores promueve el intercambio de ideas y la confrontación, luego en las universidades argentinas existe libertad de cátedra, pluralismo académico, pluralidad de fuentes, rigor ilustrado y control de calidad que implica supervisión de programas para garantizar esos estándares. Por ello, sostuvo Gialluca: nos preguntamos ¿Significa “adoctrinar” exponer una ideología, una idea, un anhelo, un objetivo?. ¿Cómo se podría imponer una única visión del mundo cuando la educación no se reduce a las escuelas, ni a las universidades sino a la que proviene del grupo familiar y social al que pertenece el individuo?. Y agregó: en una sociedad libre, plantear una controversia como la que se pretende, aparece como un despropósito, como una cruzada inútil, más aún si los que acusan, son los “dueños de la verdad”, “los dueños de la información”, los grupos de poder que paradójicamente desfinancian las cunas del pensamiento y de la pluralidad. ¿A qué temer cuando lo que se evidencia es una mayor participación de grupos de jóvenes en movimientos estudiantiles? Los defensores de la libertad deben festejar que exista alguien que piensa diferente, sin autonomía no hay ciencia, hacer ciencia es cuestionar lo existente, la confrontación en democracia es una condición necesaria para que el país avance. Mencionó asimismo, cuestionar no es adoctrinar, cuestionar es oponer al “status quo” una idea que puede ser superadora y en nuestro país y provincia, somos conscientes del valor de aquel que impulsa una construcción abrazando valores diferentes. A quienes se sienten alarmados, a los incautos, cabe recordarles que para construir, no se necesita una destrucción y transformación cultural. Y que, en el país de premios noveles egresados de universidades públicas, de líderes del pensamiento, de prestigiosos escritores, de artistas destacados, resuena hoy más que nunca, la letra de la “Marcha de la bronca” “…bronca porque está prohibido todo…hasta lo que haré de cualquier modo… bronca porque no se paga fianza si nos encarcelan la esperanza”.