Desde la -Dirección de Derechos Humanos y Grupos Minoritarios- de la Defensoría del Pueblo, a días de celebrarse en nuestra provincia, una nueva elección democrática, a la cual llegamos, con numerosos arrebatos, en atención a las diversas presentaciones concretadas por ante la CSJN para suspender la misma o peor aún, para proscribir a determinados candidatos, “se expresó la necesidad imperiosa de dejar de lado los discursos de odio, que condicionan la convivencia democrática y respetar a todos los ciudadanos, nuestras Instituciones, la Constitución Provincial y Nacional”. El Defensor del Pueblo de la Provincia, Dr. José Leonardo Gialluca, recordó que es llamativa la conducta de candidatos que parecen haberse olvidado que hemos cumplido 40 años del retorno a la democracia, dejando atrás los tiempos más oscuros que vivió la Argentina, señalando que, en 1828, el fusilamiento de Manuel Dorrego impulsó el camino del odio en nuestra sociedad, lo que se extendió a lo largo del Siglo XIX y donde podemos afirmar que los centros clandestinos de detención de la década del 70 tuvieron su máxima expresión, para llegar al atentado contra la Vicepresidenta de la Nación, que determinó la ruptura del Pacto de Convivencia Democrática que sellamos todos en 1983. En nuestra Provincia, escuchamos azoradamente cómo algunos postulantes afirman que, “pedirle ética al otro es demasiado”, cuando como contracara, estos mismos cuentan con culpabilidades y conductas de las cuales surgen llamativas afirmaciones, como de “que hubiera sido lindo que la Corte no se quede en silencio” o “que no se respetarán los resultados de las elecciones”, entre otras. Como Organismo de la Constitución y junto al -Observatorio de Derechos Políticos y Electorales- (ODEPOE), reconocemos rápidamente a los representantes del liberalismo reaccionario de la política y que son los que siempre interrumpen el orden constitucional y llegan hasta sesgar las vidas de miles de inocentes, usando el poder real y el económico con propuestas que se centran en descartar la educación pública, la salud, restringir la coparticipación, prescindir de ministerios y áreas esenciales, del BCRA, desterrar las retenciones, liberar los precios de alimentos, medicamentos y servicios públicos esenciales, los cuales serían determinados unilateralmente por los empresarios, entre otras medidas, que no incluyen a las franjas sociales más vulnerables y menos aún a la golpeada clase media argentina. Por todo esto, convocamos a defender y promover de manera colectiva, la participación política en estas elecciones y garantizar la intervención de todos los sectores y referentes políticos locales, de manera tal, que sea el Pueblo a través de su Voto el que culmine pacíficamente eligiendo a sus candidatos, sin ningún signo o dosis de violencia y descontrol, para el bien de toda nuestra Comunidad.