-Se acordó impulsar Cursos de Capacitación con el objetivo de optimizar los modos y formas en que se comunican desde los medios los hechos hacia la ciudadanía-
El Defensor del Pueblo de la Provincia de Formosa, Dr. José Leonardo Gialluca, acompañado de las Dras. Lourdes Delgadillo, Ana Laura Gómez y Ornella Barraza, recibió en la Sede del Organismo de la Constitución al Secretario General Ricardo Domínguez, Secretaria Adjunta Dolores Fleitas y al Secretario Gremial Vicente Covis, integrantes de SIPREFOR -Sindicato de Prensa de Formosa-, quienes suscribieron un documento como consecuencia de las expresiones de odio y agraviantes que se utilizan sin medir consecuencias en los diversos medios de comunicación. Por ello, se señaló que, en los últimos días todo el arco político, judicial, mediático, cultural y religioso de nuestro país, “ha instalado la necesidad de impulsar un proyecto de ley para intervenir en los permanentes discursos de odio, que se propagan a través de los medios y redes sociales”. En este sentido, ante la inestabilidad social, económica y política que se vive, entendemos que el plexo normativo nacional, no requiere en principio, de ninguna nueva legislación en este sentido. Lo que si es necesario es ampliar el debate democrático y con carácter federal para que el odio no sea parte de los medios que le sirven de canales, pues ha quedado demostrado que “de las palabras violentas a los hechos violentos el tramo es breve y ocasiona reacciones inevitables”. Es que, desde la Ley de la Defensa de la Democracia 23.077 de Raúl Alfonsín, pasando por nuestro Código Penal, la Ley de Discriminación 23.592, la Ley de Medios 26.522, la Ley Concientización sobre la Violencia de Género 27.410, contemplan estas lamentables situaciones y por ello es necesario que la Ley Micaela que nació para capacitar y sensibilizar al personal del Estado en materia de género, debe llegar también a los periodistas y comunicadores sociales. Desde el año 2017, el Estado Nacional, Provinciales y Municipales reciben capacitaciones en materia de género en todos sus estratos, para personal de todos los sectores. Claro que no es lo mismo aplicar la Ley Micaela al Estado que proyectar llevarla a los medios de comunicación, que en su mayoría son empresas y que en algunos casos son fuertes multimedios que poseen diversos intereses, ya sea de índole económico, político, cultural o social. Es por ello que, “todos los días y en la mayoría de los medios, se escuchan y observan, frases, afirmaciones o preguntas peyorativas y hasta insultantes, sin que se mida para nada, las consecuencias que pueden generar a quienes están dirigidas o en terceras personas. Se recordó que es necesario defender con todas nuestras fuerzas y herramientas legales la libertad de expresión, pero también no podemos olvidarnos que, en la Argentina, -ningún Derecho es Absoluto-. Insultar, agraviar, despreciar, marginar, vilipendiar gratuitamente a través de los medios de comunicación, no puede seguir sucediendo y por ello apostamos por la erradicación del odio en los mismos en hacer cumplir, con la legislación existente y vigente en nuestro derecho positivo y apelar a lo que establece el Art. 213 del Código Penal que apunta contra quienes tienen la intención deliberada de confundir a la sociedad. Como así también tener en cuenta lo prescripto en el Art. 209 del C.P.A.: “El que públicamente instigare a cometer un delito determinado contra una persona o institución, será reprimido, por la sola instigación, con prisión de dos a seis años, según la gravedad del delito y las demás circunstancias establecidas en el artículo 41. El bien jurídico por excelencia, es el mantenimiento del orden público, considerando a tal como la limitación a la pretensión punitiva estatal y la correcta aplicación de la interpretación de las normas penales. Reencausar la convivencia democrática, sin especulaciones de ninguna naturaleza, a un año del 40º Aniversario del Retorno a la Democracia, tenemos la obligación a partir del quiebre que marcó el intento de asesinato de la Vicepresidenta de la Nación, de no generar mayor incertidumbre en la ciudadanía, toda vez que la violencia ahora, “ya no es simbólica, sino real” y así todos los sectores, entre ellos los medios de comunicación deben ser muy prudentes y dejar de lado mensajes directos o subliminales que se relacione con cualquier clase de violencia, sin que ello signifique que para obtener una verdadera convivencia democrática, esta última sea únicamente un tema comunicacional.