La iniciativa impulsada por Juntos por el Cambio y Organizaciones Civiles comenzará a ser discutida la semana que viene en las Comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, quienes deberán emitir dictamen el 31 de mayo y se votaría a principios de junio. El Ombudsman Provincial, señaló, “que varios dirigentes de nuestra política nacional y provincial, se encuentran totalmente divorciados y ausentes de las demandas actuales de nuestra sociedad y solo pretenden mostrar algunas banderas para luego decir que esto redunda en una mayor calidad Institucional o democrática, haciendo siempre denuncias mediáticas, ya que, en argentina desde 1983 hasta el día de hoy, nunca existió un fraude electoral estructural y por ello entendemos que la Boleta Única debe ser tratada con seriedad y con el asesoramiento de quienes realmente están capacitados en esta materia y no abordarlo del modo que se lo está haciendo actualmente.-
Desde el -ODEPOE- (Observatorio de Derechos Políticos y Electorales) que funciona en el seno de la Defensoría del Pueblo, se afirmó que la puesta en discusión de la Boleta Única como idea para reemplazar la Boleta Partidaria, es puro marketing y “llama la atención la absoluta contradicción en la que incurren los sectores políticos que la impulsan, siendo este un tema que los desvela pero que al ciudadano común no le interesa y lo tiene sin cuidado”. Cuando se implementó en su momento en las Provincias de Santa Fe y Córdoba originaron un aumento del voto blanco y nulo, así como el beneficio a los partidos políticos grandes y a los candidatos más mediáticos. Los argumentos a favor de la reforma electoral han sido esgrimidos en ocasiones anteriores: ahorro económico, cuidado del ambiente, eliminación de la “lista sábana” y “voto en cadena”, incluso los promotores del cambio refieren a la supresión de supuestos “fraudes”. Pero nada se dice que durante el gobierno de Macri se pretendió implementar el voto electrónico, fácilmente manipulable y sin control por parte de las fuerzas políticas y la ciudadanía. El discurso en favor de una transparencia que supuestamente no existe en el proceso electoral argentino también cae en saco roto. Con el actual sistema han ganado elecciones partidos de signos políticos diversos, ingresado a las distintas Cámaras espacios pequeños pero representativos de una parte de la sociedad. La Boleta Única de Papel que se utiliza en Santa Fe y Córdoba es un cupón de más de un metro de extensión donde no aparecen los nombres de todos los candidatos y la foto únicamente de la cabeza de lista, es decir, el candidato más conocido. En estas Jurisdicciones se han registrado índices elevados de voto en blanco y/o nulos por la dificultad de completar todas las categorías electorales. Es que, las listas sábanas no son eliminadas por la Boleta Única, por el contrario, las profundiza, ya que la papeleta por razones de espacio no contiene todos los candidatos, solamente la cabeza de lista, que suele ser una cara conocida. Con ello, nos damos cuenta que a esta propuesta le falta rigurosidad técnica y analítica que evidencien los males que afirman combatir: estudios serios y probados, antecedentes y casos que puedan ser comprobados por todos los argentinos. Tampoco el escrutinio es más sencillo con la Boleta Única, pese a que la tradicional no ha demostrado ningún caso de fraude. Por último, un riesgo que lleva inserto esta posible reforma electoral es la eliminación del voto secreto instituido por la Ley Sáenz Peña. Si se eliminan los cuartos oscuros y se permite la votación simultánea de votantes es un riesgo altísimo que no conlleva ningún beneficio.