Gialluca sostuvo, para que la pobreza disminuya después de 4 años altamente negativos, 2 de recesión del gobierno de Macri y casi 2 de coronavirus, se hace imperioso crear más puestos de trabajos, mejorar los ingresos y avanzar hacia un nuevo Pacto Social que comprenda: lo productivo, lo fiscal y obviamente lo social, permitiendo satisfacer las necesidades básicas, sostener el consumo y una mejor distribución de la riqueza-

El Defensor del Pueblo de la Provincia de Formosa, señaló que la pobreza en la Argentina se mide de dos formas: * mediante el Indec cada 6 meses, es la que se calcula a partir de los ingresos, es decir se estima cuántas personas no pueden comprar los elementos básicos con los mismos. La segunda: * se difunde oficialmente con los censos -es decir, cada 10 años-, se trata de la pobreza multidimensional, que además de las cuestiones monetarias analiza el acceso a la educación, la salud y la vivienda, entre otros. En las últimas cuatro décadas hubo diferentes sistemas para medir la pobreza por ingresos. Esto dificulta su comparación con los datos actuales, pero sí se puede analizar con los mejores datos disponibles cómo varió esta pobreza en cada presidencia. Es base a esto, desde el Organismo de la Constitución, se concretó una comparación entre la anterior gestión del Gobierno Nacional de Mauricio Macri (2015 – 2019) y la actual de Alberto Fernández. En este sentido, se recordó que, la gestión de Macri, dejó un país arrasado con niveles de pobreza que llegaron hasta un 35,5 % en el segundo trimestre de 2019, habiendo prometido “pobreza cero” y dejando el triste legado de 16 millones de pobres en Argentina. El índice de pobreza trepó del 32 % al 35,5 % de las personas entre los segundos semestres de 2018 y 2019; por otro lado, los índices de indigencia subieron del 6,7 % al 8 %; esto significa que por debajo de la línea de la pobreza se encontraban 2.423.562 hogares que incluyen a 9.936.711 personas, y a 536.466 hogares por debajo de la línea de la pobreza que incluyeron a 2.236.739 personas indigentes. En lo que respecta al Acceso a Alimentos en el Gobierno de Macri, acceder a la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y a la Canasta Básica Total (CBT) no fue fácil (y no había Pandemia de Covid-19). Ahora, los primeros datos de la gestión de Alberto Fernández muestran que en el primer semestre de 2020 la pobreza aumentó hasta el 40,9% y la indigencia subió al 10,5%. Gialluca señaló que estos datos estuvieron marcados por la pandemia del coronavirus y el aislamiento que se decretó desde el 20 de marzo de 2020 hasta la fecha. El impacto de la pandemia se observa en la evolución trimestral: el alza de la pobreza en Argentina se dio especialmente por las semanas de cuarentena estricta donde se sintió fuertemente la caída en el empleo. Por ello, desde este Organismo de la Constitución, solicitamos la implementación de una serie de medidas inmediatas para revertir esta situación, pero rechazamos que la misma sea utilizada políticamente, pues, vamos dejando atrás lo peor de la pandemia y no tenemos mucho para festejar. En este sentido, Gialluca afirmó que, para disminuir estos índices, antes que multiplicar promesas, “sería oportuno no esperar el 14 de noviembre día de las elecciones para que se produzca un -Acuerdo Político, Económico y Social- que tenga por objetivo promover el crecimiento del mercado interno, el uso de nuevas tecnologías, más puestos de trabajo en todos los sectores, atendiendo a las necesidades sociales más vulnerables y en esto obviamente también se debe atender todo lo que relacionado al sector externo”. La alianza macrismo – radicalismo, fue una fábrica de pobres como lo reflejan los datos del Indec y de la UCA, la pandemia agudizó esa tendencia, por esto, formalmente hemos peticionado al Ministro de Economía de la Nación Martín M. Guzmán y al Ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, definir medidas urgentes para la creación de más empleos, aumentos salariales superiores al alza de precios, fortalecer la protección social en lo que se relaciona a jubilaciones, AUH y otras prestaciones, ampliando sus coberturas y mejorando los ingresos en términos reales de sus titulares, reforzar las transferencias monetarias a los grupos más vulnerables a través de la tarjeta alimentar y otros planes, coordinar con los estados provinciales, mayores partidas presupuestarias para el acceso a una vivienda digna, agua potable, cloacas, servicios básicos, educación y salud. Concluyó Gialluca que, para salir de esta grave crisis, es necesario perseverar políticamente y estar convencidos en que la recuperación socioeconómica es posible, pero para esto debemos generar obviamente más empleos y obtener de los Organismos Internacionales planes o beneficios que no condicionen la economía y la vida social de Argentina, de manera que se produzca una distribución equitativa de la riqueza entre todas las Regiones del País.

 

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