Se denunció que, nuestra sociedad vive dos realidades diferentes, por un lado, los que trabajan diariamente en la salud pública y privada, seguridad, transporte y otros y aquellos que dicen que están hartos del encierro y a estos últimos es que, Institucionalmente les pedimos que frente a un enemigo invisible y entendiendo su agotamiento, vivir la llamada “nueva normalidad” sin asistir a las fiestas clandestinas o privadas que constituyen un real peligro, donde los jóvenes están todos juntos y el exceso de alcohol, produce el ambiente inmejorable para la propagación del coronavirus-

Como consecuencia de las nuevas habilitaciones por parte del Consejo de Atención Integral de la Emergencia COVID-19 para la realización de eventos culturales sociales, recreativos y religiosos al aire libre cumpliendo las normas sanitarias vigentes de distancia de dos metros y uso obligatorio de barbijo y en las cantidades máximas dispuestas, a lo que se le suman otras autorizaciones que se han ido concediendo en estos últimos meses. Es por ello que, desde la –Dirección de Derechos Humanos y Grupos Minoritarios- de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Formosa, denunció públicamente que, por un lado, la mayor parte de nuestra sociedad en general y en especial el personal de salud pública, de seguridad, transportistas y otros, “viven una realidad dentro de la pandemia y por la otra, están aquellos grupos de jóvenes que después de tanto tiempo cansados quizás del encierro en las casas, lo que aparecía en un principio solo por unas semanas y llegamos casi a fin de año, se relajan totalmente y muy peligrosamente sin justificación alguna, frente a un enemigo invisible, y se producen las denominadas fiestas privadas que no son otra cosa que fiestas ilegales, donde el descontrol es la norma y son los lugares donde existen altas probabilidades de que el virus se reproduzca con mayor potencia por ser lugares cerrados”. Esto ha sido corroborado por científicos y profesionales de la salud, quienes manifiestan que por esas razones, “es necesario por ahora pensar bien si se quiere correr el riesgo de concurrir a una fiesta o encuentro clandestino, pues nadie está exento de contagiarse”. El Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca, señaló que, lo importante es que todos podamos salir a realizar las actividades habilitadas, siempre respetando los cuidados que ya todos conocemos, toda vez que, al virus no lo podemos desconocer y la única manera de prevenirlo está en cada uno de nosotros. De hecho, ya se han implementado no solamente las denuncias policiales, judiciales, multas, aplicaciones del Art. 205 del CPA, pero nada de todo ello lleva a tomar conciencia a los que organizan las fiestas clandestinas y a quienes participan de las mismas, están los que dicen que las sanciones no son suficientes y por el otro, de que como no existe en nuestra provincia circulación comunitaria, nada les pasará. En este punto, lo que estamos pidiendo al entrar al mes de diciembre, último de este año, que ha dejado 38.473 fallecidos registrados oficialmente a nivel nacional y 1.418.807 contagiados desde el inicio de la pandemia y por esto existen miles de maneras de encontrarse con una -vida cotidiana- sin exponernos a un ambiente cerrado y de contagio, siguiendo siempre los cuidados necesarios, dentro de lo que se denomina la -nueva normalidad- y entender que las fiestas privadas o clandestinas se hagan en el lugar que se hagan, constituyen una alta posibilidad de contagio de coronavirus y de allí al descontrol, estamos a muy poca distancia.

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