La -Dirección de Salud junto a la de Ambiente y Desarrollo Sustentable- de la Defensoría del Pueblo, propondrá al Ministerio de la Producción y Ambiente y representantes de instituciones públicas abocadas al manejo del fuego y construir una agenda de acciones conjuntas, tendientes a articular el acceso a los datos e información que generan distintos organismos provinciales y municipales, así como gestionar y promover la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías para evaluar la potencialidad del peligro de incendios.
El Ombudsman Provincial, advirtió que está vigente la Ley N° 26.562 que establece los Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para control de Actividades de Quema. Esta normativa señaló el funcionario, tiene por objeto prevenir incendios, daños ambientales y riesgos a la salud y la seguridad pública. Por ello nadie puede iniciar una quema si no está autorizado por la Autoridad Competente. Gialluca, dijo que no podemos quedarnos con la justificación infantil del Presidente de la Sociedad Rural de Formosa, en cuanto a que los incendios en nuestro interior provincial se dan «porque alguien arroja una colilla de cigarrillo al costado de las rutas”. No decimos que esto no se puede dar, pero la realidad hoy, estamos viviendo grandes quemazones que hasta han tirado abajo postes y líneas de energía eléctrica pertenecientes a Refsa SA. Entonces, llamamos a ser responsables, y solidarios, pues en nuestro País hace décadas que «el suelo, la tierra que es de todos, viene subsidiando a los grandes productores que han crecido económicamente con la agricultura y la ganadería a costa del empobrecimiento de la tierra», produciendo perdidas de valores culturales y espirituales, perdidas de la calidad del agua, aumentos de la contaminación en el ambiente, afectando la diversidad biológica de bienes madereros y no madereros. Llegando con los incendios a agravar toda la actual situación que viven hoy Poblaciones enteras y aumentando peligrosamente la inseguridad vial. El humo puede ocasionar víctimas fatales en las rutas por la falta de visibilidad y se expande hasta todas las ciudades y pueblos de nuestro interior provincial cada vez con mayor frecuencia. El incendio de las malezas en un campo es un recurso muy difundido al que los productores suelen apelar para mejorar los pastos u otros objetivos, coinciden los expertos ambientalistas. Sin embargo, para ello se requiere de un asesoramiento especial de quienes conocen cómo manejar el fuego. También es indispensable una serie de medidas preventivas, tales como: notificar a los vecinos y a las autoridades que se va a instrumentar esta práctica; la elaboración de un plan de contingencias; contrafuegos y medidas preventivas, y asesoramiento sobre las condiciones climáticas (porque hay técnicas asociadas a los vientos) en el momento de iniciar el fuego. Se reconoce al fuego como un elemento básico de la naturaleza, como un proceso que forma parte de algunos ecosistemas particulares. Pero en aquellos donde no sucede esto y donde el fuego es introducido por el hombre como fuerza de cambio, se lo considera un agente modificador del equilibrio natural, convirtiéndose en un peligro potencial que puede generar grandes impactos ambientales, económicos, sociales y a la salud de la población sostienen los investigadores. En la medida en que haya impunidad, esta situación va a continuar. Si lo que sucede no activa medidas de prevención por parte del Estado Provincial y Municipal, de control y de aplicación de normativas -con sanciones ejemplificadoras y desmoralizadoras para los potenciales responsables, lo que hoy es noticia se va a transformar en parte de la cotidianeidad de nuestra provincia.