Desde la aplicación de la Ordenanza Municipal Nº 5547, que regula el uso del espacio público y estableció la eliminación de las marquesinas y cartelerías que excedan el tamaño reglamentario, varios comercios retiraron sus tradicionales toldos y los cambiaron por pequeños techos volantes, o sin sujeción al suelo.

Sin embargo, a pesar de las normativas vigentes, muchos locales aún no han realizado los cambios pertinentes y así podemos observar actualmente en la zona denominada del “Mercadito Paraguayo” como existen aún todo tipos de marquesinas y estructuras, de las cuales cuelgan ropas, juguetes, zapatos, elementos acuáticos y mercaderías varias, repitiéndose esta situación también en otros puntos de la ciudad, como ser el denominado -Circuito Cinco- o la zona de la Nueva Formosa que en los últimos tiempos ha crecido exponencialmente y además desordenadamente. En el día de ayer, una usuaria del servicio financiero del Banco Formosa, se desmayó como consecuencia de las altas temperaturas y las largas esperas, (podrán manifestarse justificaciones de distinta naturaleza, como que nuestros abuelos ya están esperando desde el día anterior en sus silletas haciendo fila para cobrar por los cajeros humanos la totalidad de sus beneficios, que no utilizan sus plásticos, etc.), pero la realidad es que con buen criterio, la Municipalidad de la Ciudad de Formosa, viene permitiendo en los últimos años la colocación de “gazebos” en las veredas sin que ello implique obstaculizar el tránsito peatonal o de estructuras que permitan dar sombra, “sin montar elementos fijos” que perjudiquen no solamente la movilidad de los transeúntes, sino que además, no pongan en riesgo su integridad psicofísica. El Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca, pidió que en esta temática las instituciones bancarias, lugares de pagos, sitios de concurrencia masiva de personas para realizar diversos trámites, ya sean estos públicos o privados, “deben pensar en la gente, ya que, con nuestras altísimas temperaturas, no pueden estar horas bajo el sol y contar con los baños químicos correspondientes”. Todos vivimos en una ciudad, “donde nuestros Concejales o Funcionarios no deben pretender imitar modelos de otro lado, tenemos nuestras costumbres e idiosincrasia, un clima netamente tropical, donde con más de 40 grados de temperatura, la zona del microcentro se convierte por el cemento en una verdadera caldera y si llueve, el ambiente se torna insoportable e irrespirable”. Es aquí donde demandamos Institucionalmente de manera urgente que se aplique el sentido común y se convoque al Colegio de Arquitectos, al de Maestro Mayores de Obras, al de Ingenieros para que también den a conocer sus puntos de vista, “pero es inconcebible por un lado tener normativas que van en contra de nuestros ciudadanos y a su vez que los lugares que deben atender a miles de personas, no tomen las medidas necesarias para protegerlas y evitar estas postales que realmente son intolerables y aquí cualquier gasto no es tal, sino que será una humanizante inversión”.