Se señaló desde la Defensoría del Pueblo que en nuestro mercado local la venta de bebidas energizantes ha crecido desmesuradamente al mismo ritmo que a nivel país durante el 2018 y lo que va del presente año, conforme consultas realizadas a proveedores de la misma, mientras que el consumo de jugos, gaseosas, aguas saborizadas y otras propuestas sin alcohol cayó más del 20 por ciento.

El Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca, denunció que la ingesta de bebidas energizantes se emparenta con la noche, aunque los números del sector marcaron que en la Argentina se venden aproximadamente unos 125 millones de latas al año y el consumo nocturno apenas supera el 20 por ciento, de acuerdo con cifras de la Cámara de Fabricantes de Alimentos Dietéticos y Afines (CAFADyA). Los energizantes fueron pensados para ser consumidos por personas que necesitan un “empujoncito” de energía en determinadas ocasiones, o que están cansadas y desean realizar actividad física o mantenerse despiertos por más tiempo debido a la energía mental que brinda la cafeína.
La expansión al mercado de bares y boliches y -en especial- la mezcla con alcohol es quizás el punto más cuestionado a estas bebidas, pero también el que, casi en secreto, las marcas con más peso dejan de lado, de la mano de una propuesta vinculada al consumo “diurno y al deporte”. En el territorio argentino todas las marcas pueden venderse en cualquier espacio y horario -con mínimas excepciones- sin las restricciones que hoy se encuentran vigentes en la provincia de Buenos Aires, a través de la Ley 14.050 aprobada durante la gestión del Gobernador Scioli y que se denominó “Ley de Nocturnidad”. Por el ello desde el Organismo de la Constitución, se sugirió a los “padres advertir e informar hasta que tengamos una ley provincial o una Ordenanza Municipal que ponga límites a la venta de bebidas energizantes, que su consumo puede aumentar el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares y otros”. Según un estudio, realizado por un equipo de investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston, las bebidas energéticas comprimen los vasos sanguíneos, restringiendo así el flujo de sangre a los órganos vitales. En la investigación se realizó el ultrasonido del endotelio –un tejido que cubre la zona interna de los vasos sanguíneos– de 44 estudiantes «sanos» y no fumadores. Este análisis se realizó antes de que los participantes tomaran una bebida energética de 0,7 litros y 90 minutos después de haberlo hecho. Los resultados mostraron que el diámetro interno de los vasos sanguíneos, en promedio, se había reducido a casi la mitad tras la ingesta, lo que sugiere un deterioro agudo en la función vascular. Los autores de la investigación consideran que ese efecto negativo en el endotelio puede estar relacionado con la combinación de ingredientes que contiene una bebida energética, como la cafeína, la taurina y el azúcar, entre otros. En nuestro medio a diario podemos observar como muchas personas, incluidos niños, consumen bebidas energéticas mientras realizan ejercicios, sin prestar atención a que la función arterial se encuentra en su punto máximo cuando se ejercitan. El ejercicio y los deportes requieren un flujo sanguíneo máximo para que el oxígeno pueda llegar a las células rápidamente. Pero las bebidas energéticas reducen el diámetro de los vasos sanguíneos y restringen el flujo de la sangre y el suministro de oxígeno. Esto representa «más trabajo para el corazón y menos suministro de oxígeno» para este órgano vital, lo que podría explicar por qué se han dado casos en el que los niños han sufrido un paro cardíaco después de consumir una bebida energética. Gialluca, consideró que es necesario que la -ANMAT- restrinja la venta de las bebidas energizantes a mayores de edad y que sean prohibidas las mezclas en lugares de esparcimientos nocturnos o por lo menos que los consumidores sean informados sobre sus consecuencias altamente negativas, puesto que seguramente mas de uno podrá opinar que es libre de consumir lo que quiera, pero Institucionalmente estamos obligados a advertirle a toda la comunidad para que sirven los energizantes y como se deben consumir, siendo también incomprensible que la mayoría de ellos sean promocionados por deportistas o en eventos de distintas actividades, lo que transmite una idea de superioridad en la sociedad.