Mas allá de los Programas y Planes en determinados días en cuotas y sin intereses, los consumidores en lo que respecta a indumentaria que se ofrece en nuestro mercado local, señalaron que la misma es desde hace un tiempo a esta parte, excesivamente cara y por ello conviene toda la vida, vestirse con ropas adquiridas en el mercado paraguayo o que vienen del vecino país.


Ante ello, desde la Defensoría del Pueblo se llevó a cabo una serie de consultas y preguntas a comerciantes del rubro de ropa, quienes denunciaron que este sector atraviesa una situación crítica por las caídas en las ventas que tienen en la actualidad.
Una de las preguntas que se realizo fue, ¿Quiénes pierden ante esta situación?, la respuesta es todos, por un lado, los empresarios, porque pierden dinero. Por otro, los comerciantes, porque no venden. El Estado también se suma a este listado, porque deja de recaudar. Y por último los consumidores, porque no compran la ropa muy cara y se van afuera a hacerlo.
El Ombudsman Provincial, José Leonardo Gialluca, señalo que en el caso del sector indumentario no solamente se ve afectado por la contracción económica que atraviesa la Argentina, que, claramente, afecta a toda la industria nacional. Sino que a esto se le sumó el factor fronterizo, esto es el fenomenal éxodo formoseño y argentino que día a día atrae nuestro país vecino y en donde los consumidores aprovechan y hacen valer más sus salarios o ingresos.
Ahora bien, ¿por qué es tan cara la ropa en la Argentina?, en primer lugar, más de la mitad de la ropa que se vende es de origen importado, siendo que el 42% de las prendas provienen de China. Y se debe señalar que, en dicho país, las empresas tercerizan la fabricación de sus prendas en otras fábricas asiáticas, con lo cual se abarata mucho más los costos finales.
A todo esto desde el Organismo de la Constitución se señaló que los comercios que compran a las empresas y venden a los consumidores finales deben pagar una serie de ítems, sumarle todos los gastos de envío, administración, comercialización, financieros e impositivos y a ello hacerles las remarcaciones correspondientes para tener un margen de ganancias de modo que puedan cubrir los gastos corrientes y que le quede un mínimo de utilidad con lo cual el precio final ya con el IVA incluido que es el que termina pagando el consumidor es de aproximadamente 7 veces más que el costo de fabricación .
Aproximadamente una prenda que se ofrece a $650 que debe pagar el consumidor, unos $268 corresponden a impuestos directos entre ellos IVA, ingresos brutos, impuesto a las ganancias, cargas sociales, débitos y créditos y a estos se le debe agregar que también están los gastos administrativos, comerciales y financieros, por lo que salvo el IVA- que lo paga el consumidor final-, por ser un impuesto que se traslada hasta el final de la cadena, los comerciantes de ropa están actualmente acorralados a nivel local por la incidencia impositiva y aclaramos que no hemos sumado: tasas municipales, bienes personales, seguridad y otros gastos menores que terminan llevando a los antes citados a una situación mucho peor en los últimos años.