A partir de conocerse un nuevo aumento en la medicina prepaga, desde la – Dirección de Salud y Vivienda – de la Defensoría del Pueblo, se llevó a cabo un relevamiento sobre beneficiarios de prepagas de nuestro medio, los que expresaron sentir mucha bronca por estos aumentos permanentes que se vienen autorizando desde el Gobierno Nacional y algunos que poseen “planes de grupos familiares” manifestaron que deberán renunciar a sus prepagas y buscar otras alternativas de coberturas sanitarias para sus familias puesto que los salarios no suben como si lo hacen estos servicios y todas las cosas.

El Ombudsman Provincial, José Leonardo Gialluca, rechazó las justificaciones para la suba de las prepagas y denuncio que si bien esto afecta a sectores de la denominada clase media, se debe tener en cuenta que en la actualidad la adopción de estas medidas no solamente afectan en forma directa a muchísimos grupos familiares o a personas solteras o parejas sin hijos , sino que indirectamente a la larga es el sector público de la salud quien se ve afectado por estas decisiones, pues es el que está sometido a atender cada vez a mayor número de personas.
El Superintendente de Servicios de Salud, Luis Scervino, manifestó que el servicio «se ha encarecido en todo el mundo» y no descartó nuevos aumentos, justificó las subas de las prepagas y las atribuyó a las subas de precios que se registran periódicamente en el sector de la medicina a nivel mundial. Las prepagas aumentaron un 6% a partir del 1 de julio y en agosto habrá otro aumento del 5%. Desde que estamos a cargo, los aumentos de la medicina prepaga acompañan a la inflación. A veces la han superado porque en la Argentina y en el resto del mundo el aumento del gasto médico está entre un 25% y 30% por encima de la inflación.
En el mismo sentido, no se descartó que pueda haber nuevos aumentos en los próximos meses. Hay una parte de la paritaria que falta negociar: se negoció con los hospitales de comunidad, no así la general con el resto de sectores y hay que ver qué sucede con la inflación el resto del año. Para ejemplificar la situación y justificar los aumentos, Scervino se refirió a los tratamientos de cáncer: En 2005, un tratamiento de cáncer salía US$ 50.000; en 2013 pasó a costar US$ 220.000. Esto, que pasa en EE.UU., se repite acá. Los tratamientos son 200% o 300% más caros. El tratamiento no sale en moneda constante lo que salía en 2012 o 2014, está aumentando. Esto es lo que la gente no entiende, señalo el funcionario nacional.