El descubrimiento de productos de carnes rojas, aviar (pollo y pavo) y de cerdo sin hueso, gravemente adulterados, ha llevado a que el Senasa tome muestras de cada contenedor que ingresano desde Brasil para exámenes bacteriológicos y físico-químicos a la Argentina.

Por ello, la -Dirección de Salud y Vivienda- de la Defensoría del Pueblo, teniendo en cuenta que somos una provincia fronteriza donde pueden ingresar productos alimenticios desde la República del Paraguay y además considerando que son varios los lugares relevados en nuestra Ciudad Capital y que poseen a la venta para los consumidores “subproductos” de marcas como la Vienisima, Bocatti, Campo Austral, Tres Cruces, Sadia, Avex, Swift y Cabañas Las Lilas, en alimentos como pechugas de pollo, lomo de cerdo, jamón, pechuga de pavo, mortadela, salame, salchichas, salchichón primavera, paleta y otros, se sugirió a todos los consumidores adoptar las previsiones del caso.
El Ombudsman Provincial, José Leonardo Gialluca, cursó formales pedidos de información al Centro Regional Chaco- Formosa del Senasa, a cargo de Enrique Orbán y también a las Direcciones de Bromatología de la Provincia y del Municipio, para conocer las acciones preventivas que se han implementado o proyectan poner en práctica. Es que si bien el Senasa, desde el año 2000 adoptó la misma metodología que la Unión Europea aplica con las importaciones, en el mes de febrero de este año ingresaron 63 toneladas de carne de cerdo del frigorífico Larissa, una de las 22 plantas involucradas en la investigación en Brasil. En cuanto a las plantas que operan en la Argentina, entre las que sobresalen las que pertenecen a JBS y BRF, sospechados en la investigación brasileña, el Senasa los vigila las 24 horas y durante los siete días de la semana, pero Gialluca observo que esta actividad “se inició cuando se hizo pública la adulteración de carnes de Brasil y que no es imposible que haya podido ingresar antes algún tipo de carne en mal estado, o también que nuestros consumidores adquieran subproductos en Paraguay de procedencia brasileña o hayan ingresado desde el país vecino. Ahora que se conoce la criminal adulteración de alimentos, trasciende que estas firmas ya habían sido suspendidas varias veces por otros mercados. Rusia descubrió hace poco que le enviaban carne de regiones de Brasil con aftosa gracias a certificados que decían que esas partidas provenían de zonas libres de la enfermedad.