Denuncio la Defensoría del Pueblo que en la actualidad en la cadena de formación de precios, los dos eslabones más vulnerables hoy, son los extremos: el productor y el consumidor final; y en la suba de precios de los alimentos el productor no tiene nada que ver: en la mayoría de los casos entrega sus producciones sin saber cuánto va a cobrar por ellas, como ejemplo a nivel nacional tenemos el precio de la leche, donde cada productor recibe actualmente menos de $3 por litro y el consumidor la compra en la góndola del almacén o supermercado a $16 o $18.
En el camino hay $13 pesos que nadie sabe dónde van a parar. Hay un enorme desequilibrio entre la rentabilidad que obtienen los distintos eslabones de la cadena de comercialización. Y en ese contexto, el productor no sólo recibe cada vez menos, sino que no tiene ninguna injerencia en la formación del precio y cuando entrega la leche no sabe cuánto va a cobrar por ella.
Como consecuencia de esta situación, que se extiende y se profundiza, en los tambos de la argentina comienza a notarse la desinversión y hasta la descapitalización; las instalaciones de los mismos están quedando obsoletas, porque no pueden hacerse las innovaciones necesarias; y hay productores que tienen que vender como carne las terneras que estaban preparando para el tambo.
La situación de los lecheros ilustra una tendencia que crece: el aumento de la brecha que separa a los precios que reciben los productores y el que pagan los consumidores son abismales.
Desde la Defensoría del Pueblo, rescataron que la -CAME – Confederación Argentina de la Mediana Empresa, considera que este factor “está incidiendo fuertemente en todos los productos de origen animal y vegetal, y cada vez es más preocupante a la luz de las comparaciones y en promedios, los precios que reciben los productores y la de esos mismos alimentos puestos en góndolas, donde los consumidores tenemos que pagar 4 o 5 veces más los valores. Esto se observa claramente en todos los productos de precedencia vegetal, si bien es cierto que determinados productos tienen estacionalidades en determinados meses del año, en la argentina y en el NEA, denuncio la Defensoría del Pueblo que existen problemas estructurales que explican por que los consumidores pagamos muchas veces mas el costo que tienen por ejemplo las frutas y las verduras en el campo. Desde la elevada carga fiscal, hasta los abusos de muchos intermediarios, el costo de flete y logística, explican la irracionalidad que tienen los precios de muchos productos y si a ello le sumamos, la voracidad fiscal de un Estado que en muchos casos obtiene rentabilidades más altas que las logradas por los propios productores, tampoco podemos olvidarnos de que las grandes cadenas de supermercados, “aprovechan que nadie las controlan” y los consumidores no podemos convalidar estas asimetrías económicas, que golpean duramente a nuestros bolsillos y salarios.-