Señalaron desde el Organismo de la Constitución, que todos tenemos el derecho de reclamar la plena accesibilidad en el lugar en que vivimos, principalmente a favor de los discapacitados, adultos mayores, mujeres embarazadas o que transportan a sus bebes-

Ante el pedido de vecinos en general y principalmente de adultos mayores y personas discapacitadas que señalaron por ante la Defensoría del Pueblo, “la necesidad de que el Centro de Salud del Barrio San Francisco de nuestra ciudad, cuente con los accesos necesarios para los antes citados”, desde la -Dirección de Salud y Vivienda- se realizaron las gestiones pertinentes por ante el Municipio.

Desde el mismo, a través del Secretario General, Sr. Fredy Mujica, se señalo, que ya se encuentran absolutamente terminados y en pleno uso todos los accesos necesarios, -tanto para personas discapacitadas, como así también para facilitar el acceso de ambulancias al citado Centro de Salud-. “ Se constato la existencia de una rampa vehicular en optimas condiciones sobre la calle José María Amor y otra rampa sobre la calle Pacifico Scozzina en idénticas condiciones; además en las esquinas se encuentran rampas peatonales y el Centro de Salud cuenta con una vereda de 2 metros de ancho en todo su perímetro”

El Ombudsman Provincial, Dr. José Leonardo Gialluca, señalo que “todos debemos y tenemos el derecho a reclamar la plena accesibilidad, que permitan la transitabilidad utilización y seguridad, en los espacios libres y públicos como plazas, baños públicos de edificios privados, de los edificios de uso público de la Administración Pública Nacional, Provincial y Municipal, como así también edificios de viviendas sociales y a la transitabilidad sin obstáculos en la vía pública como pozos, carteles, mesas, desnivelaciones y aberturas que impidan el paso y el tropiezo de personas con movilidad reducida y/o bastones o sillas de ruedas y al libre estacionamiento de sus vehículos”.

Siempre entendiendo por accesibilidad; la posibilidad de que las personas con discapacidad puedan gozar de las adecuadas condiciones de autonomía como elemento primordial para el desarrollo de las actividades de la vida diaria sin restricciones derivadas del ámbito físico urbano, arquitectónico y del transporte público, para su integración y la equiparación de oportunidades. Entendiéndose por barreras arquitectónicas: todos los obstáculos de transitabilidad existentes, y la necesidad de modificar en el tiempo el medio físico en el que vivimos, con el fin de hacerlo completa y fácilmente accesible a las personas con discapacidad, adultos mayores, mujeres embarazadas o que trasladan a sus hijos en los denominados “cochecitos para bebes”, entre otros.