Nunca Más al Terrorismo de Estado, ocurrido durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional y también un Nunca Más a quienes buscan imponer los intereses individuales o de sectores por sobre los del pueblo y de los más vulnerables, que necesitan de un Estado presente y de políticas inclusivas, para poder sobrevivir en esta crisis sanitaria, social y económica que nos toca vivir-

A 45 años de un nuevo 24 de marzo, desde la Defensoría del Pueblo y teniendo en cuenta el marco de la pandemia del coronavirus en la que vivimos y con una fuerte viralización comunitaria en nuestra provincia, se llamó a no realizar concentraciones de personas, pero ello no nos impide recordar el golpe genocida y a nuestros desaparecidos a través de las redes sociales, siempre cumpliendo con los protocolos sanitarios vigentes. El Ombudsman Provincial Dr. José Leonardo Gialluca, “señaló que desde el Estado Provincial se viene trabajando para que todos los ciudadanos tengamos siempre el mismo nivel de derechos sean estos de primera, segunda y tercera generación”. Es cierto que las desigualdades y la pobreza se han evidenciado con mayor crudeza desde la llegada del coronavirus y se nos hace difícil pensar en lo inmediato en una sociedad en las cuales la mayor parte de las necesidades básicas se encuentren cubiertas. Pero este 24 de marzo diferente, con barbijo y distanciamiento social, no nos permite olvidar “los ataques planificados y arteros que ha recibido el Estado Provincial y toda nuestra Comunidad por medios de comunicación hegemónicos y sectores de la política, de la economía, que obviamente tienen sus intereses y que no coincidirán jamás con los intereses que representamos y que son los de priorizar la vida y la salud de la población”. En nuestra región, el virus se encuentra con una realidad atravesada por contrastes e injusticias, características que marcaron siempre al NEA y NOA históricamente. No negamos nuestra realidad, pero también es necesario denunciar, justo en esta fecha, que no olvidaremos jamás los agravios gratuitos recibidos y por recibir. Los derechos humanos son un campo de disputa permanente, nada es definitivo; las ideologías se entrecruzan y ponen el foco sobre diferentes aspectos, evidenciando los distintos intereses que responden a miradas diversas. En la actualidad, las políticas públicas de CABA responden, a la doctrina liberal dentro de las doctrinas políticas de los DDHH. Una vez cubiertos los derechos humanos de primera generación (civiles y políticos) el Estado se retira y deja que naturalmente las libertades individuales sigan su curso. Esta visión de libertad, no como ejercicio sino como ausencia de interferencia, niega la ampliación de derechos económicos, sociales y culturales, sosteniendo que el acceso al libre mercado es la única garantía que le corresponde al Estado. Mientras tanto, en Formosa consideramos que, no alcanza con que los derechos de primera generación estén cubiertos mientras existan necesidades evidentes en los derechos económicos, sociales y culturales. En este sentido, se advierte que el 1% más rico de la población mundial posee más del doble de riqueza que el 90% de la población, evidenciando la polarización social cada vez más aguda en la que vivimos, donde Latinoamérica puede dar cátedra sobre desigualdad económica. Entonces, en estos últimos tiempos, Formosa, se volvió objeto de los medios hegemónicos nacionales, apoyados por sectores locales y buscaron y buscaran la intervención federal y quebrantar nuestro tejido social comunitario. Pero nadie dice o se escandaliza porque en CABA, quien a pesar de tener un presupuesto similar al de ciudades europeas, la falta de agua potable en los barrios vulnerables, condujeron a una ola de contagios que evidenció las condiciones de desigualdad estructurales con las que conviven a diario habitantes de la Ciudad de Buenos Aires y del Conurbano que residen en villas, barrios populares y asentamientos. Esto resulta casi irónico, frente a la constante afirmación del Ministerio de Salud del lavado de manos como una medida de prevención fundamental frente al coronavirus. A ello debemos sumarle otros incumplimientos de derechos como los económicos y de acceso a la justicia. Por ello, Institucionalmente no podemos permitir que la catástrofe sanitaria por la que atraviesa el mundo y de la cual no estamos exentos, sea utilizada “para fines individuales o sectoriales”, esta crisis sanitaria, debe funcionar como un despertar sobre el mundo social y económico injusto que los Estados poderosos han construido, al punto tal, que hoy son los que acaparan y almacenan las vacunas contra el coronavirus, siendo que las mismas deberían estar distribuidas equitativamente a nivel mundial. Por ello, este 24 de marzo, le decimos “Nunca Más al Terrorismo de Estado, ocurrido durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional y también un Nunca Más a quienes buscan imponer los intereses individuales o de sectores por sobre los del pueblo y de los más vulnerables, que necesitan de un Estado presente y de políticas inclusivas, para poder sobrevivir en esta crisis sanitaria, social y económica que nos toca vivir”.

 

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