Es creciente la popularidad y consumo de bebidas energizantes entre los jóvenes en los últimos tiempos y en relación a las mismas, desde la Defensoría del Pueblo se señaló que se han originado mitos y realidades sobre los efectos secundarios asociados a su consumo, así como la peligrosa mezcla con alcohol.

El consumo de este tipo de productos se ha hecho muy popular, especialmente entre los jóvenes y adolescentes de Formosa, quienes consumen las bebidas solas o mezcladas con alcohol. Existen numerosas marcas en el mercado local, una serie de sabores disponibles y diferentes presentaciones con envases de 250 a 500ml. Las bebidas energizantes se caracterizan por ofrecer al consumidor una revitalización o recarga de energía. Como están formulados a base de taurina y cafeína, es decir, sustancias estimulantes, la publicidad les ha adjudicado virtudes exageradas, por no llamarlas inexistentes: * Incrementar la resistencia física; * Proveer reacciones más veloces; * Facilitar una mayor concentración; * Aumentar el estado de alerta mental; * Producir una sensación de bienestar; * Estimular el metabolismo; * Eliminar sustancias nocivas para el cuerpo, etc. Gialluca afirmó que, los energizantes son bebidas estimulantes por excelencia, más que energizantes y por ello la combinación de las bebidas energizantes con tequila, ron, vodka o cualquier otra sustancia embriagante, es peligrosa si se convierte en una práctica constante; incluso, si son múltiples los tragos en tan sólo una noche. Los riesgos radican en la sensación de bienestar que provoca entre sus consumidores. Los jóvenes se sienten confiados, alertas y deciden ignorar la cantidad de alcohol que hay en su sangre y sus efectos. Desconocen que, aunque no perciban la sequedad en la boca, dolor de cabeza, debilidad ni falta de coordinación -síntomas comunes de la ingesta de alcohol-, la taurina y la cafeína no eliminarán la torpeza, lentitud e impericia de sus movimientos. Falsamente, creen que las bebidas energizantes les proporcionan sobriedad y buen juicio, cuando en realidad, su capacidad de reacción se haya muy disminuida. Por esto es que, a esta altura del año, con reuniones y festejos por todos lados, recomendamos no hacer mezclas de bebidas energizantes con alcohol, pues reducen la sensación de cansancio, pero no eliminan la necesidad de dormir; así que no van a ayudar a los jóvenes a seguir la fiesta, ni a mejorar su desempeño físico. Sugerimos a los padres, informarse para poder ilustrar correctamente a sus hijos, ya que la realidad nos muestra que los niños y niñas de 12 y 14 años reconocen haber probado alcohol mezclado con bebidas energizantes y dado que se trata de productos de venta libre, estos los pueden comprar en kioscos, supermercados y lamentablemente también en boliches donde, “se los venden separados y dejan que sean los jóvenes los que mezclen las bebidas, algo que exhortamos a los propietarios o responsables de los mismos a que ordenen que no se realicen en esos sitios”. Por último, a las empresas que producen y comercializan las bebidas energizantes, no les interesa la salud de nuestros jóvenes y para ello desarrollan inteligentes estrategias para que los mismos consuman sus bebidas y los mezclan con jugos de frutas y lanzan envases tuneados altamente llamativos, lo que nos permite ratificar nuestra postura de que es indispensable una regulación legal que prohíba la venta de energizantes a menores de edad y también medidas acerca de su publicidad, pues es nefasto y traicionero que se lo asocie al deporte, toda vez que está probado medicamente que con el solo hecho de tomar únicamente energizantes sin mezclarlos con alcohol, ya existen riesgos para la salud como lo son aumentar la tensión arterial, incrementos en la glucemia, problemas dentales y ocios, de asma, obesidad infantil, mala calidad del sueño y otros.